ADN antiguo apunta a un ‘faraón irlandés’
- James Gorman
Los investigadores también encontraron vínculos genéticos entre personas enterradas en otras tumbas de corredor irlandesas, así llamadas por sus cámaras o pasajes subterráneos. Esto sugiere que había vínculos de parentesco entre los miembros de la élite gobernante.
Los vastos túmulos de la Edad de Piedra en el valle del río Boyne, unos 40 kilómetros al norte de Dublín, son tan impresionantes que el área ha sido bautizada como el Valle de los Reyes Irlandés. Un nuevo análisis de ADN humano antiguo de Newgrange, el montículo funerario más famoso de todos, sugiere que los irlandeses de la antigüedad podrían haber tenido más en común con los faraones que sepulcros monumentales.
Un equipo de científicos irlandeses reportó que un hombre cuyos restos cremados fueron sepultados en el corazón de Newgrange, había sido producto del incesto, ya sea entre un progenitor y un hijo o entre hermanos. El hallazgo, junto con otras evidencias, sugiere que las personas que construyeron estos túmulos vivieron en una sociedad jerárquica con una élite gobernante que se consideraba a sí misma tan cercana a lo divino que, como los faraones egipcios, podía romper los máximos tabúes.
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Hace más de 5 mil años, la gente en Irlanda cultivaba la tierra y criaba ganado. Pero también emprendieron, como sus contemporáneos en toda Europa, la creación de impresionantes monumentos a los muertos, algunos con orientaciones astronómicas precisas. Stonehenge, un megalito posterior en la misma tradición general que Newgrange, es famoso por estar alineado con el solsticio de verano e invierno. La sala subterránea central de Newgrange fue construida de manera que, cuando sale el sol durante el solsticio de invierno, se ilumina toda la cámara a través de una trampa de luz.
Si, como indican los nuevos hallazgos, fue una sociedad que honraba el producto de una unión incestuosa al sepultar sus restos en el punto más sagrado de un lugar sacro, entonces los antiguos irlandeses bien podrían haber tenido una jerarquía religiosa gobernante.
En un estudio de ADN de muestras óseas recolectadas previamente en sitios de sepultura irlandeses de miles de años de antigüedad, los investigadores también encontraron vínculos genéticos entre personas enterradas en otras tumbas de corredor irlandesas, así llamadas por sus cámaras o pasajes subterráneos. Esto sugiere que había vínculos de parentesco entre los miembros de la élite gobernante.
Daniel G. Bradley y Lara M. Cassidy del Trinity College, en Dublín, quienes lideraron el equipo, reportaron sus hallazgos en la revista Nature.
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Newgrange es parte de una necrópolis llamada Bru na Boinne, o el Palacio del Boyne, que data de hace unos 5 mil años e incluye tres grandes tumbas de corredor y muchos otros monumentos. Es uno de los sitios monumentales neolíticos más asombrosos de toda Europa.
Tenía que tratarse de una persona prominente, razonaron los investigadores. El hombre no fue colocado allí por accidente.
“Trozos enteros del genoma, que heredó de su madre y su padre, eran simplemente idénticos”, dijo Bradley. La conclusión era inevitable: “Es un faraón, dije, un faraón irlandés”.
Newgrange data de hace unos 5 mil 500 años, mil 500 años después de que aparecieran los primeros megalitos europeos. La creación de estos monumentos ocurrió después de que la agricultura apareció en Europa, llevada por una vasta migración de granjeros de Anatolia, que comenzó hace unos 9 mil años. Estos granjeros, cuyo perfil genético difiere de los cazadores-recolectores europeos, con el tiempo se asentaron en Europa.
Gradualmente, a juzgar por el ADN moderno y antiguo, esos cazadores-recolectores desaparecieron.
Los genomas irlandeses muestran que las personas en estas tumbas eran descendientes de granjeros de Anatolia. Los investigadores encontraron un rastro de la población indígena de Irlanda en dos individuos, dijo Bradley. Aunque se trata de una cantidad pequeña, muestra que hubo alguna interacción entre los granjeros y los cazadores-recolectores.
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El estudio está lleno de otros detalles, incluyendo el descubrimiento de un bebé que tenía síndrome de Down. Los autores creen que éste es el registro más antiguo de un caso de síndrome de Down.
David Reich, de la Universidad de Harvard y especialista en ADN antiguo, dijo que la investigación marcaba una nueva dirección en los estudios de ADN antiguo, más allá de descubrimientos de patrones amplios de migración humana prehistórica. Ahora, los datos genéticos pueden ayudar a delinear estructuras sociales de comunidades específica.
La pieza final del rompecabezas reportada por los investigadores fue folclórica. Los autores informan sobre un relato de topónimos irlandeses escrito alrededor del año 1100, que cuenta la historia de un Rey Bressal, que se acostó con su hermana. El resultado fue que Dowth, el túmulo junto a Newgrange, fue llamado Fertae Chuile, o el Montículo del Pecado.
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