Compromiso
El aprendizaje de valores
Es cierto que es imposible controlar todos los estímulos del ambiente donde crecemos, pero sí es posible fomentar el aprendizaje de buenos valores que rijan el comportamiento y permitan discernir que es realmente lo más importante y correcto.
- Johanee Holder
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- - Publicado: 03/1/2022 - 12:00 am
Los diferentes hechos de violencia en general, publicados en medios de comunicación, son reflejo de los problemas sociales de nuestras comunidades. El incremento en su frecuencia y la atrocidad de estos, generan en la población una sensación de miedo e inseguridad.
Estos sucesos llevan a cuestionar el origen de problemas como violencia doméstica, robos, homicidios, femicidios, narcotráfico, pandillerismo entre otros. Encontramos que cada uno es complejo, diferente y es difícil establecer una única variable como factor que influye en su ocurrencia.
Se consideran factores como la deserción escolar, los problemas económicos, los índices de desempleo, familias disfuncionales, como agentes influyentes en una conducta violenta y delictiva. Sin embargo, me gustaría abordar el tema desde otra perspectiva, al considerar el proceso de aprendizaje y la influencia de las primeras relaciones de un individuo en la formación de valores.
Cuando hablamos de valores nos referimos a principios aprendidos que caracterizan a una persona. Es decir que el concepto que tengamos de responsabilidad, honestidad, respeto, amor a sí mismo y a los demás, entre otros, rigen nuestras acciones diarias.
Los valores son adquiridos en las primeras relaciones, dependen de factores como la cultura, religión y hábitos. Dependen fundamentalmente de lo aprendido de los padres o responsables de la crianza. Existen diversas teorías que explican el proceso fisiológico del aprendizaje, cada una de ellas expone cómo los conocimientos son adquiridos, procesados y expresados en nuestro comportamiento.
El niño, observa, escucha, experimenta y recibe constante información del medio que lo rodea, todos estos estímulos son procesados y almacenados por nuestro sistema nervioso, y luego influyen en el comportamiento. Si un infante crece en un ambiente donde no hay respeto, amor, honestidad, responsabilidad, no esperemos que de adulto actúe de manera contraria.
Considerando este punto de vista, recalcamos la importancia de trabajar en conjunto con las familias y de ofrecer redes de apoyo, que busquen influenciar de manera positiva en el comportamiento de los niños y jóvenes de nuestro país.
Posterior a los padres y familia, la escuela juega un papel importante en la formación de valores. El trabajo de un buen docente, la promoción de actividades deportivas y culturales ayudan a contrarrestar lo que no se recibe en casa y pueden lograr cambios de comportamientos de manera oportuna.
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Los valores adquiridos durante nuestras primeras relaciones y experiencias lo podemos comparar como las bases de una estructura, son nuestro sostén y son difíciles de modificar. Nuestro comportamiento es la parte visible y refleja que tan fuerte o solidas son nuestras acciones.
Por otra parte, no podemos demeritar las acciones de diferentes instituciones que buscan castigar la violencia y la delincuencia. Sin embargo, creemos que los resultados fueran más fructíferos si se invirtiera y trabajara con el mismo ímpetu en prevenir.
Opinión
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Es cierto que es imposible controlar todos los estímulos del ambiente donde crecemos, pero sí es posible fomentar el aprendizaje de buenos valores que rijan el comportamiento y permitan discernir que es realmente lo más importante y correcto.
Los invito a cuestionar las explicaciones que buscan excusar un actuar indebido y a trabajar por mejorar las creencias, que sostienen nuestros actos.
Psicóloga
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