En ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza
... la Erradicación de la Pobreza, demanda un modelo de desarrollo centrado en el bienestar humano y sostenible, competitivo con mayor bienestar colectivo; donde la educación, agua y salud sean concebidas como un derecho humano, no una mercancía.
En América Latina y el Caribe, la Cepal estima una caída del 9,1% del PIB y un aumento en la tasa de desempleo, pasando de 8,1% en 2019 a 13,5% en 2020; se prevé que genere 45 millones más de pobres. Foto: EFE.
A partir del año 1993, el 17 de octubre ha sido declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Este año, la fecha encuentra a la humanidad transitando por la pandemia COVID-19, cuyas consecuencias representan un retroceso en la lucha contra la pobreza, de manera que la coyuntura exige reflexionar sobre esto y, desde luego, redoblar el esfuerzo global en el combate a la pobreza.
Las investigaciones, debates y literatura académica, que desde las universidades y otros organismos se realizan sobre la pobreza, dan cuenta que se trata de un fenómeno multidimensional, lo que significa que esta va más allá de los ingresos e incluye factores como educación, salud, acceso a infraestructura básica y otros.
La pobreza es una condición concreta de vida en las personas, ser pobre es una experiencia de privaciones concretas y simultáneas, que dan forma al vivir en condiciones de vulnerabilidad. Hasta el año 2018, de acuerdo con el Índice Multidimensional de Pobreza, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de OXFORD, unos 1,300 millones de personas vivían en pobreza multidimensional, siendo la mitad menores de 18 años; evidentemente, la coyuntura pandémica, aun en desarrollo, está incrementando los niveles de pobreza y profundizando las desigualdades sociales.
En el caso de América Latina y el Caribe, la Cepal, que estima una caída del 9,1% del producto interno bruto y un aumento en la tasa de desempleo, pasando de 8,1% en 2019 a 13,5% en 2020, prevé que esto genere 45 millones más de pobres, situando la tasa de pobreza en 37,3%, esto es, un total 231 millones de personas para el 2020.
Acabar con la pobreza, en todas sus formas, constituye el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, y este caótico panorama de pobreza en la región latinoamericana y el Caribe que acarrea la pandemia, plantea el debate sobre la necesidad de replantear el modelo neoliberal de desarrollo concentrador y excluyente.
En ese sentido, es conocido el aporte al debate que ha hecho la Universidad de Panamá, con la presentación del documento "Estrategia alternativa para el desarrollo integral e inclusivo".
En ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, ante las actuales circunstancias complejas e inéditas impuestas por la pandemia, el camino hacia el logro de los ODS, como lo son erradicar la pobreza y el hambre, reducción de las desigualdades, salud y bienestar, entre otros, demanda un modelo de desarrollo centrado en el bienestar humano y sostenible, competitivo con mayor bienestar colectivo; donde la educación, agua y salud sean concebidas como un derecho humano, no una mercancía.
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Los apremiantes desafíos de combate a la pobreza y calentamiento global, que debe enfrentar la humanidad como un todo, requieren de nuestra capacidad e inteligencia colectiva. Como ha indicado Noam Chomsky, "la historia está en nuestras manos, en las de nuestra creatividad… y también en las de nuestros límites".
Economista y docente universitario.