Viajes
La joie de vivre
¡Saborear la libertad de viajar nuevamente, a pesar de las circunstancias que nos rodean, no tiene precio! Qué enorme privilegio, qué dicha tan grata, el tener la oportunidad de viajar, porque de ello trata la vida, tal cual manifiestan los miembros de la tripulación, de experiencias, no de cosas materiales.
- Jaime Figueroa Navarro
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- - Publicado: 11/12/2021 - 12:00 am
A inicios del año pasado, deseábamos celebrar los 500 años del primer viaje de circumnavegacion global a bordo de un crucero. A pesar de llevar a espaldas múltiples viajes a bordo de naves de Royal Caribbean y Carnival, la única opción que encontramos para un viaje desde Santiago de Chile hacia Buenos Aires, la porteña capital argentina, fue a bordo del navío Star de Norwegian Cruise Lines.
Al planificar nuestra travesía, casi con un año de antelación, nadie vaticinaba la horrible pandemia que desde Wuhan, ciudad en la lejana China, cambiaría radicalmente el rumbo de la humanidad. Al abordar el crucero en el puerto de San Cristóbal, que brinda servicio a la andina ciudad de Santiago el 15 de febrero 2020, ya los protocolos sanitarios iniciales estaban vigentes y las líneas de cruceros negaban acceso a pasajeros y tripulantes que hubiesen estado en China durante los precedentes 15 días. Nuestro itinerario de 15 noches, atravesando el estrecho de Magallanes, sería uno de los últimos en zarpar en casi dos años.
La aventura fue una muy agradable sorpresa porque Norwegian presenta una opción informal en la cual sus pasajeros pueden comer en el horario que le dé su santa gana, en una gama variable de restaurantes, sin necesidad de ropajes y fracs.
Esto en adición que todas los tragos que cuestan menos de $15 están incluidos en el paquete de ofertas. Esto resulta una panacea no solo para alcohólicos, sino para los que nos apetece una copa de vino en la cena o una cervecita para refrescar una sesión de piscina, sin necesidad de engrosar la cuenta al final del viaje.
Dislumbrando el sol al final del túnel antes de tiempo, reservamos un viaje al mar Báltico a mediados del año en curso, que fue cancelado por la naviera. Hastiados del encierro optamos por otro, transatlántico desde Europa hasta Miami, de 17 noches, el cual felizmente abordamos el domingo pasado.
En el mastodonte Norwegian Getaway nuestra única preocupación es la báscula al final de la jornada. ¡Saborear la libertad de viajar nuevamente, a pesar de las circunstancias que nos rodean, no tiene precio!
Todo marcha viento en popa. Qué enorme privilegio, qué dicha tan grata, el tener la oportunidad de viajar, porque de ello trata la vida, tal cual manifiestan los miembros de la tripulación, de experiencias, no de cosas materiales.
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Y aquellos que tuvimos la osadía, posterior a 3 inoculaciones Pfizer, de sacarle el jugo a nuestras vivencias en este mundo, ahora saboreamos la libertad del momento con mayor ahínco porque de ello trata lo que los franceses denominan el gusto de vivir.
Líder empresarial.
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