opinion
Sociedad: lo conveniente de sentirse aludido
- Publicado:
Habitual es no desear lo negativo para uno, sin embargo, la idea que me cita ahora no es precisamente el hecho de lograr obtener solo lo positivo, sino, de lo aparentemente negativo, extraer lo que nos sirva para agregar valor.Pero, para ello se requiere de una introspección profunda (análisis en el fuero interno) que nos ayude a ver con claridad la dualidad (lo bueno y lo malo) de cada circunstancia que se nos presenta en el diario vivir.Generalmente, cuando percibimos algo que no nos agrada, o creemos que no nos conviene, o no va -a primera vista- con nuestra escala de valores (o intereses), de plano lo rechazamos.Me parece prudente que deberíamos aprender a captar nuestras percepciones en más de una sola dimensión; ya que, de repentinos fallos, se desprenden posteriores arrepentimientos por haber tomado irreversibles malas decisiones.El punto central que me anima a escribir estas líneas es que muchas veces percibimos una crítica, un llamado de atención lanzado al aire o posiblemente a terceros, y nos encogemos de hombros diciéndonos que “eso no es conmigo”, y… ¡ya! -dijo nuestro inflado ego-; pues, se nos pudo haber escapado con esta actitud una gran oportunidad de recapacitar y dar un paso hacia adelante en cuanto a nuestra transformación como seres humanos, abandonando con serenidad el voraz y único apetito por el estéril disfrute de la vida; a lo que ciertos filósofos han considerado como “vida de disipación”.Hemos podido aprender, además, que también se puede uno beneficiar -previa actitud de humildad-, cuando se adopta el mensaje para uno mismo.Aunque para todo individuo su tendencia siempre será “el no complicarse la vida”.Sin embargo, hasta la saciedad hemos escuchado el popular refrán que dice: “Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”; pues, sentirse aludido, aunque se considere que el asunto en cuestión no es con uno, sería una gran opción que podríamos aprovechar al tener presente que hemos de mejorar también de manera integral -humanamente hablando-, ya que somos un “depósito” de aciertos y errores, aceptando que debemos, continuamente, aumentar los primeros y disminuir los últimos, si verdaderamente valoramos lo que conocemos como sabiduría.Ojalá que no se interprete este término para expresar inteligencia, erudición o amplia acumulación de conocimientos, sino como sinónimo de verdadera prudencia o buen juicio, que es lo que toda sociedad requiere de sus hombres y mujeres para enrumbar positivamente su futuro.Finalmente, la siguiente generación no tendrá motivos para afirmar que no tuvo grandiosos maestros.MBA, Autoridad de Turismo de Panamá