Espiral de violencia provoca el cierre de 25 mil comercios
Espiral de violencia provoca el cierre de 25 mil comercios
@josechacon18
El bullicio acostumbrado en la Avenida B, en pleno centro de la capital, se quedó encerrado tras decenas de puertas de los locales que ayer estuvieron cerrados por más de cuatro horas.
La medida inédita que hubo en este populoso sector, donde también se ubica el Barrio Chino, obedece al temor de toda la comunidad asiática, que ha sido objeto de un sinnúmero de asesinatos y atracos por parte de la delincuencia común durante 2015.
Por eso, en todo el país, en las conocidas abarroterías o minisúper, sederías, lavanderías, ferreterías y hasta talleres propiedad de estos comerciantes asiáticos, que suman 25 mil negocios, decidieron no abrir a sus clientes por orden de la Asociación China de Panamá.
Solo la semana pasada, uno de sus paisanos fue asesinado de un disparo en la cabeza por unos delincuentes encapuchados en Cerro Batea, un sitio denominado área roja de San Miguelito. También, el último lunes, otro chino fue herido en la 24 de Diciembre, por tres sujetos que iban a robar en su negocio.
Pero, además de estos casos, desde enero a la fecha, otros tres residentes chinos en la capital fueron víctimas fatales de la criminalidad, que se ha vuelto una constante en nuestro país, a pesar de que el Gobierno afirma lo contrario.
En este sentido, Sergio Lay, presidente de la Asociación China de Panamá, expresó su enojo por la falta de seguridad, que está cobrando vidas de chinos y de personas de todas las nacionalidades que conviven en este país.
“Le hago un llamado al presidente Juan Carlos Varela para que refuerce la seguridad, no solo para los chinos, sino para todos los ciudadanos, ya que la violencia nos azota”.
Lay comentó, además, que el Gobierno está enfocado exclusivamente en procesar a funcionarios de la administración pasada y que ha dejado de lado al ciudadano de a pie, que es quien sufre los embates del hampa.
Así mismo, aseguró que la paciencia de la comunidad china ha llegado a su límite, a pesar de que son conocidos por ser muy tolerantes. Aunque dejó claro que este último comentario no implica hechos violentos. “Nosotros siempre hemos sido personas pacientes, pero queremos mayor seguridad”, recalcó.
Por último, señaló que hoy sostendrán una reunión con los jefes policiales de la sede de Ancón.
Un país inseguro
Los últimos acontecimientos dan fe de que la secuela de violencia se ha ensañado contra la comunidad china en Panamá, que es la que mayormente domina el comercio al por menor.
Y es que el país quedó sorprendido al conocerse el crimen de dos jóvenes que pertenecían al programa social Barrios Seguros. Ambos fueron acribillados la semana pasada en Pedregal, cuando se aprestaban a cobrar el bono que se les reparte a quienes supuestamente han dejado las pandillas.
Además, el martes por la tarde, en Don Bosco, Samaria, otros dos hombres fueron asesinados por sujetos que portaban ametralladoras. Lo peor es que el hecho de sangre lo presenciaron decenas de niños y adolescentes de una escuela cercana y que habían terminado sus clases.
Consultado al respecto, Severino Mejía, criminólogo de la Universidad de Panamá, considera que el tema de la violencia y la delincuencia no debe verse desde la óptica de un programa de gobierno. La administración Varela puso en marcha el programa Barrios Seguros, dirigido principalmente a otorgar una amnistía a las pandillas. Para Mejía, el programa no resuelve el problema de la inseguridad, porque solo lo ataca de manera parcial. Considera que el problema debe ser atendido sobre la reducción de la pobreza y promoviendo la equidad.
Por su parte, el sociólogo Marco Gandásegui manifestó que los asesinatos recientes y la reacción de la comunidad asiática es un claro mensaje de que la población está sumergida en una espiral de violencia preocupante.
“No son hechos aislados, son producto de una situación que llama mucho la atención, el incremento de la criminalidad es notorio”.
Gandásegui considera que la Policía Nacional ha dejado de hacer su trabajo y que la inseguridad atemoriza a la población. “En las comunidades no hay policías, pareciera que están dedicados a otras tareas que la ciudadanía no conoce”.
Por último, contó que el hecho de que en Colón no se hayan registrado crímenes en dos meses no quiere decir que otros delitos no se cometan allí o en otros barrios del país.