Con una simple caminata, se mantiene unido al mundo
- Robb Todd
Más allá de los beneficios físicos, añadir algunos pasos adicionales a su día podría ser bueno para el espíritu.

Cuatro mil pasos más por día, a cualquier ritmo, reducen el riesgo de muerte temprana en 50 por ciento, dice estudio. Foto / Etienne Laurent/EPA, vía Shutterstock.
Extraños con el rostro cubierto con cubrebocas han estado caminado a 2 metros de distancia entre sí por el vecindario de Geoff McFetridge, en Los Ángeles.
“Estos no son los corredores o paseadores de perros habituales”, escribió en The New York Times. “Estas son parejas y familias que salen a caminar juntas”.
Pese a lo importante que es mantenerse activo durante la pandemia de coronavirus, la visión perturba a McFetridge.
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“Cuando esto termine, no quiero que regrese el tráfico”, escribió. “Quiero todo este tiempo adicional con mi familia. Quiero aferrarme a este sosiego. Quiero ver gente que camine por nuestras calles y no sentir que su presencia está de algún modo relacionada con que el mundo se viene abajo”.
Para algunos, caminar es una de las pocas cosas que mantiene unido al mundo. Más allá de los beneficios físicos, añadir algunos pasos adicionales a su día podría ser bueno para el espíritu.
“Es el trayecto más que la llegada lo que ofrece la preferencia de paso más necesaria”, escribió David L. Ulin, autor de “Sidewalking: Coming to Terms With Los Angeles” (Caminar por la banqueta: hacer las paces con Los Ángeles), en The Times. Añadió que caminar puede ser “una especie de misión reveladora” y que “una estrategia clave para encontrarnos a nosotros mismos, entonces, es primero perdernos”.
Caminar por Los Ángeles, dijo Ulin, lo conecta con su comunidad, sobre todo durante el confinamiento.
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Erin Khar es otra autora que depende de esas caminatas, pero las suyas son en la ciudad de Nueva York. Durante años, batalló con depresión, ansiedad y adicción, de lo que hizo una crónica en sus memorias, “Strung Out: One Last Hit and Other Lies That Nearly Killed Me” (Intoxicada: un Último Toque y Otras Mentiras que Casi me Matan). Dijo a The Times que ahora cuando quiere “desprenderse de su piel”, una larga caminata es la cura.
“Necesito estas caminatas más que nunca”, señaló. “Ayudan de forma significativa, al hacerme salir de mi cabeza y estimular la liberación de neurotransmisores sumamente necesarios”.
Caminatas como esta también ayudan a evitar una muerte prematura, ya sea que uno deambule lentamente a lo largo de senderos boscosos para relajar la mente, que camine con energía por banquetas de concreto para sudar o que dé vueltas alrededor de una sala, reportó The Times. Caminar 4 mil pasos adicionales al día —en cualquier lugar y a cualquier ritmo— reduce el riesgo de una muerte temprana por cualquier causa en al menos 50 por ciento, de acuerdo con un estudio de gran tamaño realizado por dos agencias de salud estadounidenses.
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Otro libro nuevo acerca de caminar, “In Praise of Paths” (En Elogio a los Senderos), de Torbjorn Ekelund, adopta una visión menos científica y más filosófica. Escribió que la gente rara vez piensa en su apremio inherente por deambular hasta que está en un sendero —y las religiones más grandes del mundo acogen el sendero como metáfora debido a que la vida “tiene que ver con elegir el camino correcto”.
“Pensamos en un sendero como el camino a otra parte, hacia el futuro y lo que está por venir. Pero un sendero también señala hacia atrás, a la época y el lugar de donde venimos”, escribió Ekelund.
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