El aterrizaje de los jubilados gringos.
Todos estos factores incrementan el atractivo hacia la búsqueda de sitios allende que ofrezcan una calidad de vida óptima, donde muchos elementos señalan hacia Panamá. Lastimosamente no hemos sabido aprovechar, optimizar las oportunidades que se los han presentado desde inicios de siglo para exprimir hasta la última gota del jugo de esta fruta.
El aterrizaje de los jubilados gringos.
Del 13 al 15 de mayo en el hotel Hilton de la cinta costera se celebrará la conferencia auspiciada por International Living con la presencia de cientos de jubilados, en su mayoría norteamericanos, que buscan intimar con el istmo y conocer a ciencia cierta los atractivos que le convierten en la selección #1 como destino mundial del retiro.
Para nosotros no es nada nuevo, desde inicios del siglo hemos colaborado en esta iniciativa dictando nuestra conferencia "Why Panama?" en numerosos auditorios en Norteamérica y Europa, asistiendo a decenas de extranjeros en sus trámites de mudanzas al istmo.
Para Panamá resulta una oportunidad de "ganar ganar" no solamente por la inversión de jubilados que aportan a nuestro crecimiento sin quitarle sus trabajos a los locales, sino también por el aumento en el turismo, dando a conocer nuestras bondades y atributos a familiares y amistades de los recientes inmigrantes. Finalmente, algunos de ellos inician nuevos emprendimientos incrementando la empleomania de mano de obra local, inversión extranjera y optimizando nuestros procedimientos de operación.
Panamá está en la mira de un porcentaje importante de los denominados "baby boomers", 75 millones de jubilados en Estados Unidos, por una serie de factores que enumeraremos a continuación.
Ante todo, la inseguridad en el ambiente mundial resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania, tema que ha revivido la tensión y ansiedad, sobremanera en Europa y Norteamérica. Las escenas de la horrible destrucción que sufren las ciudades Ucranianas resultado del genocidio ruso conlleva una serie de consecuencias y la búsqueda de sitios seguros, amparados del brutal sesgo de bombas y artillería pesada, por parte del grupo de jubilados.
Complementariamente, el alza en el costo de la vida y las viviendas en Estados Unidos, incentivas la búsqueda de opciones en ultramar. Adicionalmente, la inseguridad del ciudadano común en un país donde su población está fuertemente armada, con los más elevados niveles de asesinatos masivos en iglesias, supermercados, escuelas y carreteras del primer mundo.
A ello podemos añadir factores como la crisis de opioides y otras dependencias de drogas, la división política interna, en parte fomentada por la influencia rusa y el deterioro generalizado de humanismo evidente durante las últimas décadas.
Todos estos factores incrementan el atractivo hacia la búsqueda de sitios allende que ofrezcan una calidad de vida óptima, donde muchos elementos señalan hacia Panamá. Lastimosamente no hemos sabido aprovechar, optimizar las oportunidades que se los han presentado desde inicios de siglo para exprimir hasta la última gota del jugo de esta fruta. Durante la primera década, la construcción de rascacielos en la avenida Balboa, el área bancaria y Punta Pacífica fue el empujón que permitió un envidiable crecimiento de nuestra economía. Todo ello complementado con el retoque del abandonado Casco Antiguo, la magnetización de la riviera Pacifica y sus playas, la peninsula de Azuero y tierras altas chiricanas como sitios de aumentado interés turístico.
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Pero no supimos aprovechar la oleada. Poco a poco, el auge de retirados extranjeros fue disminuyendo, por falta de seguimiento a un proyecto, a esa mina de oro que desestimamos.
Esta vez, los frutos son mayores, las oportunidades abundan, por favor ¡aprovechemos la oportunidad! Contamos ya, como quien diría con un país a medio palo, con la mira hacia un primer mundo que nos coquetea con mayor interés. Todos, ciudadanos, gobierno, empresa privada, gremios y cámaras de comercio, debemos unir esfuerzos, si los egoísmos que nos han caracterizado, para el logro de un programa sólido que resulte en nuestra selección permanente como el mejor destino del mundo para jubilados.
Es un tema de interés nacional que resultaría en la mejoría de la calidad de vida de todos, nada de los partiditos, sindicatos, intereses particulares y juega vivos, que nos han caracterizado por siempre. Llega el momento donde o portamos los pantalones largos o continuamos en la constante zozobra del tercermundismo. Sería una lástima que gozando de la oportunidad, nos convirtamos nuevamente en juguete vulgar de las pasiones.