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El legado de Aquilino Boyd
Paulino Romero C. (opinion@epasa.com) - Publicado:
El pasado sábado, 4 de septiembre de 2010, se cumplió el sexto aniversario del fallecimiento de un ciudadano que vinculó su nombre de modo sobresaliente a la historia de la República.Nos referimos a Aquilino E.Boyd, ¡un panameño excepcional! Sabemos que, desde su posición como Embajador, Representante Permanente de Panamá ante las Naciones Unidas, cuya iniciativa y esfuerzo culminaron con la convocatoria y reunión efectiva del Consejo de Seguridad de la ONU, en nuestra capital, en marzo de 1973 (la segunda y última vez que ese importante organismo de la ONU se reunía fuera de su sede, en Nueva York), teniendo como resultado el apoyo mayoritario de sus integrantes a la causa panameña, en su justa demanda por la recuperación de su soberanía nacional e independencia total, y la posterior transferencia del Canal a Panamá (31/12/1999), en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, firmados en Washington, el 7 de septiembre de 1977.Aquilino Boyd sirvió a su patria de manera conspicua y la amó con devoción inextinguible.Abogado, diputado, diplomático, ministro de Relaciones Exteriores (1956-1958 y 1976-1977), vivía consagrado a las palpitaciones de su pueblo que demandaba justicia por el rescate de su soberanía.Aquilino Boyd llevó a la Asamblea Nacional, al Ministerio de Relaciones Exteriores y a las Naciones Unidas el acervo de su espíritu sereno pero fuerte, y sobresalió en ellos por la actividad sin medida y por la decisión inquebrantable.Cuando se deliberaba acerca de los planes reivindicativos de los panameños y alguna vez se oyó la voz del temor o de la duda ante las incertidumbres y los riesgos que representaba enfrentarse al coloso del Norte, de labios de Aquilino Boyd, siempre brotaron los acentos vibrantes de la entereza, las palabras de honor y de valor que se dicen cuando llega el momento de jugar el todo por el todo y de arrojar la balanza del destino de pleno derecho de los pueblos libres, como siempre lo fue Panamá en sus siete décadas de lucha por recuperar su soberanía total, y sus legítimos derechos como indiscutiblemente dueña de su Canal.Es necesario transportarse con el espíritu (a los años de 1957, 1958, 1964, 1973 y 1977), para darse cuenta cabal de la plena significación que tiene en la historia republicana la labor de hombres que, como Aquilino Boyd, concibieron como herencia generacional y llevaron a cabo finalmente los Tratados Torrijos-Carter, documentos garantes de la transferencia del Canal a Panamá.Hoy contamos orgullosamente con nuestro Canal, administrado ejemplarmente por panameños, y sirviendo eficientemente al progreso de Panamá y de la comunidad internacional.¡Que viva siempre en el orden, en el honor y en la prosperidad, esta Patria amada que tuvo un altar resplandeciente en el gran corazón de Aquilino Boyd!