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El orgullo de ser panameño
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Yesibel Bethancourt (opinion@epasa.com) / Periodista¿Quién no ha escuchado la frase “todo a su tiempo”? Pues para estos días me retumba en la cabeza, porque veo pocas banderas panameñas, ahogadas entre calabazas y adornos navideños.Con lo anterior en mente, me puse a hacer un inventario de todo cuanto me produce orgullo de ser panameña.Sí que costó resumirlo en este espacio… porque hay tanto, desde el exitoso jinete Laffit Pincay Jr., hasta el científico Adán Ríos, que investiga la cura para el sida.Antes, permítanme aplaudir a los colegios que en sus clases de valores, durante todo el mes de octubre, les hablaron a los chicos del sentimiento nacionalista y se vistieron de patria, porque como dice “Rubencito”: ¡Patria son tantas cosas bellas!No soy de la época en que Roberto “Mano de Piedra” Durán estremecía al país durante sus combates, sin embargo, desde siempre mi padre me contaba sobre él y ahora de adulta le transmito a mi niña esa admiración por el cuatro veces campeón mundial de boxeo.Ni hablar del mejor cerrador de todos los tiempos, Mariano Rivera, o el gran Rommel Fernández, y ya que menciono al fútbol, en fecha más reciente, un grupo de guerreros entregó alma, vida y corazón, liderados por su director técnico, Julio César Dely Valdés.Nos hicieron soñar con nuestro primer mundial.¡Gracias a mi ‘sele’, me siento muy orgullosa de ustedes!No obstante, es preferible no pecar al omitir el nombre de una gloria, porque Panamá será pequeña en extensión territorial, pero es una tierra que ha parido gente grande, no solo en lo deportivo, sino también en la música, el arte, las ciencias, aunado a sus mujeres bellas y las artesanas que le dan vida a uno de los trajes típicos más lindos del mundo: la pollera.Amo de mi país la nobleza y alegría de nuestro pueblo.Poder comer un buen pesca’o en Veracruz o almorzar donde “Sorolo” en El Chorrillo.Sentir la brisa del mar al recorrer el Paseo Esteban Huertas en Las Bóvedas de mi Casco Antiguo y por qué no, romper la dieta y disfrutar un raspa’o con leche condensada.Cuando cruzo el puente, ya sea Centenario o de las Américas, para visitar Campana, El Valle en Coclé, o Azuero, tengo que parar en Quesos Mili o Chela, si antes no compré en El Chichemito de La Chorrera.En Gorgona, hay otra parada obligatoria para comprar pepitas de marañón.Ver a las personas de San Francisco de La Montaña en Veraguas desprenderse de su hamaca para que yo repose y luego pruebe un chicharroncito, ¡eso no tiene precio!Al llegar a Bocas del Toro, con sus aguas cristalinas llenas de estrellas de mar, cuesta partir hacia las tierras chiricanas tan fértiles, donde el paisaje, las fresas y los arcoíris me enamoran.Las comarcas tienen su encanto.Un amanecer en Guna Yala es sencillamente maravilloso.De Darién, con su bullarengue y vegetación espesa, me voy a la tierra del medallista de oro Irving Saladino y del nadador de ultradistancias César Barría: Colón, para visitar al “Naza”, mi negrito lindo, allá en el histórico Portobelo.Así, entre lugares hermosos, rica gastronomía, fiestas religiosas y folclor, se fascinan propios y visitantes, al encontrarse con Panamá, una ciudad moderna que ostenta algunos de los edificios más altos de la región latinoamericana, una economía que crece a dos dígitos y obras de infraestructura monumentales como la ampliación del Canal.El hubde las Américas, los puertos, el ferrocarril, todo suma.La valentía de los mártires del 9 de enero de 1964, la hermosura de la flor del Espíritu Santo, el colorido de las veraneras, la rana dorada, los árboles cuadrados, la riqueza de la fauna marina, el sancocho, la orquesta LA KSHAMBA, el Panamá Jazz Festival, que organiza Danilo “Cholo” Pérez, las dianas y vestir la ventana de mi casa con el pabellón tricolor; todo lo anterior me hace sentir muy orgullosa de ser panameña.Pero quiero insistir, lo mejor que tenemos es nuestro capital humano.Sigamos trabajando para hacer cada día más competitivo a nuestro país, a través de una educación de calidad.Nos toca a todos promover la cultura de los valores.Cuidemos nuestro Istmo.Al disponer correctamente los desechos, también hacemos patria.Y de cara a las elecciones, analicemos las propuestas, acojamos las que sean: realistas, medibles y ejecutables, para que en mayo de 2014 llevemos a la silla presidencial al mejor candidato, de modo que prevalezca ese orgullo de ser panameños.¡Viva Panamá!