Volvamos a las aulas
La discusión debe poner en el centro el retorno a las aulas. Y en especial, en el mejoramiento y la disponibilidad de los recursos de aprendizaje para fortalecer las plataformas vía internet, radio, televisión, redes sociales y distribución de materiales.
La educación es un proceso de experimentación social. Más allá de las notas es, principalmente, aprender a ser buenos ciudadanos, a tener respeto, empatía, solidaridad, a preocuparse por el bien común de la sociedad. Este aprendizaje se da dentro de las aulas de clases, donde existe la interacción entre docentes y estudiantes. Y, en muchos casos, en este lugar, muchos niños y niñas tienen acceso a nutrición, seguridad y atención.
La pandemia de la COVID-19 cambió mucho el proceso de enseñanza aprendizaje. Es una experiencia de vida que quedará por siempre en el recuerdo de maestros y estudiantes. Pero esa experiencia ha tenido diferentes episodios en la vida de la comunidad educativa.
Muchos maestros se convirtieron en pocas semanas en expertos en tecnología para conectarse con sus alumnos y crear sus jornadas de clases mediante las plataformas digitales existentes. En otras latitudes algunos alumnos solo contaban con acceso a un dispositivo móvil y tuvieron mayores dificultades; mientras que otros quedaron sin conexión al servicio de internet.
En algunos casos, los estudiantes podían ver programación educativa en la televisión, pero la situación era totalmente distinta cuando en una familia con varios hermanos se tenían que turnar los medios didácticos para poder recibir las clases. Y en las situaciones más lamentables otros estudiantes se desvincularon completamente del proceso educativo.
El cierre de las escuelas y la pérdida de importantes experiencias de generación del conocimiento debido a la pandemia, tendrá efectos negativos sobre la actividad económica y los salarios futuros. El 2021 no va a ser un año normal en ninguna parte del mundo; pero tiene que ser un año muy distinto al 2020.
Hasta el momento, no existe un regreso oficial a la rutina escolar. Por eso, la pregunta no es solo cuándo regresar a clases, sino cómo regresar al aprendizaje. Necesitamos tomar decisiones poniendo en la balanza el riesgo sanitario y la necesidad de minimizar las inmensas pérdidas de formación escolarizada.
La discusión debe poner en el centro el retorno a las aulas. Y en especial, en el mejoramiento y la disponibilidad de los recursos de aprendizaje para fortalecer las plataformas vía internet, radio, televisión, redes sociales y distribución de materiales. La apertura de los centros escolares debe de ser una prioridad en la agenda nacional.
Necesitamos agotar todos los recursos para garantizar una educación de calidad a todos niños, niñas y adolescentes, que combinan la presencialidad parcial (asistiendo algunos días a la semana, con jornadas reducidas, con medidas de distanciamiento, al aplicar los protocolos de seguridad, vacunar a todo el personal que trabaja en centros escolares, etc.) con aprendizaje a distancia a través de todas las plataformas imaginables.
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El manejo de los planteles educativos requiere de un modelo de gestión muy complejo. Y llevar a cabo toda esta dinámica requerirá del apoyo de todos los sectores de la sociedad, de mucha madurez social y del trabajo conjunto entre los colegios, los padres de familia y las autoridades educativas.
Todas estas inversiones son además necesarias para construir una educación más equitativa y eficiente. Antes de la pandemia ya vivíamos con una severa crisis de aprendizajes. Y los sistemas educativos no estaban alineados, ni brindaban una respuesta efectiva a toda esta gravedad.
Es el momento propicio en toda esta crisis para centrar el trabajo de la escuela en el aprendizaje integral de los estudiantes. Para cerrar las grandes brechas. Para fortalecer la formación de los maestros. Para el uso efectivo de las herramientas tecnológicas en la interacción entre maestro y alumno. Para que los padres de familia sean protagonistas de la educación de sus hijos. Para mejorar las condiciones de aprendizaje en el hogar.
Educar a un niño es reto pedagógico fenomenal. Y hoy, aún más complejo. Pero, a pocos días del inicio del año escolar, debemos recordar que es un derecho humano. Y hay que trabajar incansablemente para realizar los ajustes que la educación local requiere.
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Es de urgencia volver a las aulas, lo más pronto posible; apenas se pueda. No podemos seguir con postergación de esta actividad donde se depositan tantas esperanzas. Cada día perdido, es un niño que queda sin oportunidad y ya se ha perdido mucho. Esta crisis sanitaria debe ser una oportunidad para trabajar entre todos por el futuro del país y construir un sistema educativo eficiente, eficaz, de calidad y menos desigual.
Educador Social.