Afroemprendimiento en Panamá: ¿cuáles son sus desafíos?
Las personas afrodescendientes desafían los estereotipos, construyen identidad y buscan transformar estructuras desiguales a través del emprendimiento.
El 32% de la población panameña es afrodescendiente. Foto: Ilustrativa / Freepik
En Panamá, las mujeres afroemprendedoras tienen una representación del 52%, muchos de sus emprendimientos son la fuente principal de ingresos del hogar (59%) y estos son equivalentes a un salario mínimo o menos (48%).
La población afrodescendiente, 1,2 millones de personas (32%), experimenta más desempleo, reciben una menor remuneración y las mujeres son las más afectadas.
Un 42% de los panameños trabaja informalmente, las mujeres afrodescendientes se concentran en los servicios y los hombres en la agricultura, además, la dificultad para conseguir un empleo formal es la razón por la que muchos se adhieren al emprendimiento.
El primer estudio sobre afroemprendimiento en América Latina, realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) junto al Instituto Feira Preta y Plano CDE, destacó que el 40% de las personas afroemprendedoras tienen una educación universitaria o superior, el 55% de los que emprenden tienen entre 25 y 44 años, el 64% factura hasta un salario mínimo y el 33% identifica su negocio como un símbolo de resistencia al racismo.
El estudio reveló que los afroemprendedores tienen una alta autoestima, es decir, un 59% confía en la calidad de sus productos y servicios, el 60% en su capacidad para asumir riesgo y solo el 35% se siente confiado para hacer alianzas estratégicas.
Adriana Barbosa, directora de Freira Preta, explicó que la confianza de los afroemprendedores es esencial porque no solo refuerzan su identidad cultural, sino que establece un mercado específico de consumo, dado que los estereotipos y prejuicios pueden afectar la percepción que el mercado tiene de las empresas lideradas por personas afro.
El racismo sigue siendo una constante en la sociedad panameña, afecta tanto a la población afro como a los pueblos indígenas, lo que supone discriminación en las oportunidades de empleo, marginalización económica y falta de representación política, factores que aumentan la informalidad.
Ante este panorama, un 89% cree que las empresas se deben involucrar activamente en temas raciales, un 25% considera que su identidad cultural dialoga con sus productos y el 29% ha enfrentado problemas de discriminación por su raza por parte de un cliente.
"El afroemprendimiento no solo genera ingresos. También desafía estereotipos, construye identidad y busca transformar estructuras desiguales", señaló Eddy Bermúdez, coordinador de diversidad del CAF.
Panamá destaca con un 51% de negocios registrados. Las principales motivaciones para ello son: evitar la informalidad (49%), acceder a grandes clientes (26%) y servicios bancarios (14%). Aunque el 78% ha solicitado algún tipo de crédito, el 25% ha sido rechazado, en la mayoría de los casos por tener deudas previas.
En conclusión, a pesar de la innovación, la invención y la resiliencia presentes en empresas dirigidas por personas afroemprendedoras, las barreras financieras y las relaciones con el entorno bancario siguen siendo grandes retos para el crecimiento de estas iniciativas.