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Kenizé Mourad, (la hija de la princesa muerta)
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Hija de una princesa turca y de un Rajá de la India musulmana,Kenizé Mourad entró por la puerta ancha al mundo editorial cuando, hace 10años atrás, publicó "De parte de la princesa muerta", novela traducida a21 lenguas y que se convirtió en "best seller" mundial.Es una creación literaria de la vida de su madre, una princesa turca quetuvo que huir de su país, invadido por las potencias victoriosas de laPrimera Guerra Mundial.Transitó por el Líbano y luego viajó a la India,con su esposo, un Rajá musulman, marido maltratador, del cual huye pocotiempo después, embarazada de su única hija, Kenizé, y acompañada de sufiel eunuco.Vuelve a Occidente en los comienzos de la Segunda GuerraMundial, su hija nace en un París ocupado por los nazis.La princesa,enferma y empobrecida, muere en el parto, y la recién nacida es entregadapor el eunuco al embajador suizo en París.La autora, al recrear el personaje literario de su madre desconocida,llenaba también los vacíos de su propia historia, carente de perfilmaterno.Según Mourad, si una mujer no acepta a su madre, no se acepta a sí misma, y una niña que no tiene buenas relaciones con ella no puede vivircomo una mujer verdaderamente.Una noche de verano santiaguino, Fempress tuvo el privilegio de cenar conesta extraordinaria mujer de 59 años, que vivió su niñez en embajadas,colegio de monjas y varias familias adoptivas, hasta independizarse a losdiecinueve años de edad, estudiar psicología, militar en una célulatroskista en la Sorbona y, posteriormente, trabajar durante doce años comoperiodista y corresponsal de guerra especializada en el Medio Oriente y laIndia, para el periódico francés ÇLe Nouvel ObservateureÇUn Jardín en BadalpurE (Plaza y Janés), su segunda novela y continuaciónde la saga familiar, está centrada en la conmovedora búsqueda de su padre y de sus raíces, un relato de identidad entre Oriente y Occidente.A los veintiún años, Kenizé logra reunirse con su padre y encontrarse consu país, la India, atenazado por luchas intestinas entre musulmanes ehindúes, la inmensa miseria y una despiadada discriminación en contra de la mujer.Francesa de nacimiento y educación, sensibilidad progresista ylibertaria, Kenizé Mourad no encontró el lugar propio con el cual soñabadesde su infancia.En la India se sintió censurada, sancionada, molesta.Cuenta que en esta novela quería demostrar cuán necesario es saber de símisma para construirse, aunque después esas raíces se rechacen.Loimportante es darse cuenta que la identidad no reside en los lugares, ni enla política, ni en la religión, sino en el ser humano.Las raíces están ahídonde se encuentra gente que comparte nuestros valores.El encuentro con su padre no fue tampoco alentador.El Rajá vio en su hijala reencarnación de la princesa turca que había sido su esposa y que podríavolver a serlo."Entiendo muy bien que un hombre se confunda cuando ve auna chica de 21 años con la que tiene mucha afinidad y que se parece a sumadre.Creo que, en general, los padres se enamoran de sus hijas, y lasmadres de sus hijos, pero como viven juntos, no hay problema.En mi casofue distinto y me costó mucho superarlo", contó en una entrevista a ElMercurio (17-1-99).Cuando su padre envejeció, volvió a encontrarlo y mantuvo durante algunos, años antes de que él muriera, una buena relación.La escritora viajó a la India para asistir a su entierro.Con el corazónencogido contempló como se alejaba el cortejo, pues la costumbre islámica prohíbe a las mujeres asistir a la inhumación.Pero no pudo evitar ser laprimera en no respetar la costumbre, y empezó a caminar seguida de mujeres que se fueron sumando."Pero, mañana -dice en su libro-, los hombres repetirán que las mujeres son seres irracionales, incapaces de controlarse,y que el Islam tiene toda la razón en encerrarlas en casa.Negándose a entender que los ríos más apacibles, si cede un dique, se mudan de pronto en furiosos torrentes, mientras que discurren en calma si nadie les impone barreras".Ahora que su saga familiar ha terminado, está trabajando en otras ideaspara nuevos libros.Una de ellas es la historia de una rebelde campesina dela India, líder de un importante movimiento social.Kenizé Mourad, que como una Scherezade puede contar interminablemente los cuentos de esta saga fascinante, continuó su gira promocional por Latinoamérica.