PANAMÁ
'Kidulting': la diversión de ser adulto sin crecer
- Redacción / ey@epasa.com / @PanamaAmerica
De Funko Pops a parques temáticos, el 'kidulting' mezcla adultez con diversión infantil sin prejuicios.

Hay comunidades enteras dedicadas a compartir la alegría de redescubrir juguetes, películas o juegos. Foto: Ilustrativa / Freepik
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¿Alguna vez has visto a un adulto de traje y corbata comprando un set de Lego con la emoción de un niño en Navidad? ¡Eso es el kidulting! Este fenómeno, mezcla de "kid" (niño) y "adult" (adulto), está tomando el mundo por asalto, y no es difícil entender por qué. En un mundo lleno de facturas, deadlines y responsabilidades, los adultos están diciendo: “¡Espera un segundo, yo también quiero divertirme!”. El kidulting es esa chispa de rebeldía nostálgica que nos lleva a revivir los días sin preocupaciones de la infancia, pero con el presupuesto (y la libertad) de un adulto.
El kidulting no es solo una moda pasajera; es una respuesta cultural al estrés moderno. Los psicólogos sugieren que participar en actividades lúdicas, como armar un rompecabezas de Pokémon o maratonear caricaturas de los 90, puede reducir la ansiedad y aumentar la creatividad. No es raro ver a treintañeros coleccionando figuras de acción de sus héroes favoritos de la infancia o asistiendo a convenciones de cómics disfrazados de Spider-Man. Es como si dijeran: “sí, pago impuestos, pero también quiero mi dosis de diversión sin juicio”. Y, honestamente, ¿quién no?
La nostalgia es el combustible del kidulting. Las generaciones que crecieron en los 80 y 90 están particularmente enganchadas, impulsadas por recuerdos de Tamagotchis, Game Boys y series como Animaniacs. Las marcas lo saben y han capitalizado esta tendencia con relanzamientos de juguetes clásicos, videojuegos retro y hasta ropa inspirada en esas épocas. ¿Has visto los precios de un Tamagotchi original en eBay? ¡Es más caro que un smartphone! Pero para un kidult, ese pequeño dispositivo es una máquina del tiempo directa a su infancia.
El kidulting también tiene un lado social. Las redes sociales, especialmente plataformas como TikTok, están llenas de adultos mostrando sus colecciones de Funko Pops o sus maratones de videojuegos como The Legend of Zelda. Hay comunidades enteras dedicadas a compartir la alegría de redescubrir juguetes, películas o juegos. Es un recordatorio de que no estás solo si decides pasar tu sábado construyendo un castillo de Lego en lugar de hacer “cosas de adultos” como limpiar el garaje.
Pero no todo es solo nostalgia. El kidulting también permite a los adultos explorar su creatividad de maneras que el mundo laboral a menudo reprime. Actividades como colorear libros para adultos (sí, esos con mandalas o personajes de Disney) o jugar juegos de mesa complejos como Catan ofrecen una salida para la imaginación. Es como si el kidulting nos diera permiso para ser serios en la oficina, pero unos completos locos creativos en casa.
Curiosamente, el kidulting no discrimina por género ni edad. Hombres y mujeres, desde millennials hasta la generación X, están adoptando esta mentalidad. Las mujeres podrían inclinarse por coleccionar peluches de Sanrio o decorar con estética kawaii, mientras que los hombres podrían gastar fortunas en consolas retro o maquetas de Star Wars. Pero al final, todos buscan lo mismo: un escape lúdico que les recuerde que la vida no tiene que ser siempre tan seria.
Las industrias del entretenimiento y el retail han olido el dinero. Disney, Lego y Nintendo, por ejemplo, han creado líneas de productos específicamente para este mercado de “niños grandes”. Desde sets de Lego con miles de piezas (adiós, billetera) hasta parques temáticos con experiencias inmersivas, las empresas saben que los kidults no solo tienen nostalgia, sino también poder adquisitivo. ¿Quién necesita ahorrar para un coche cuando puedes comprar una réplica a escala del Halcón Milenario?
Sin embargo, no todos ven el kidulting con buenos ojos. Algunos lo critican como una negativa a “madurar” o una forma de evadir responsabilidades. Pero, ¿es realmente tan malo querer equilibrar la vida adulta con un poco de diversión? En un mundo donde el burnout es casi una epidemia, el kidulting puede ser una válvula de escape saludable. No se trata de vivir en el pasado, sino de llevarse un pedacito de esa alegría infantil al presente.
El kidulting también está cambiando cómo vemos la adultez. Antes, ser adulto significaba dejar atrás los juguetes y las “tonterías”. Ahora, es perfectamente normal ver a alguien de 40 años en un cine gritando de emoción por el último estreno de Marvel o comprando un cereal solo por el juguete que trae dentro. La línea entre niño y adulto se está desdibujando, y eso, francamente, es liberador.
En resumen, el kidulting es más que una tendencia; es una celebración de la alegría, la creatividad y la nostalgia. Así que la próxima vez que sientas culpa por comprar ese set de Lego o por cantar a todo pulmón el tema de Pokémon, recuerda: no estás solo. El kidulting nos invita a todos a ser un poco más niños, sin importar la edad que diga su identificación. ¿Y tú, qué actividad de kidulting vas a probar hoy?
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