Mitos y verdades sobre las vacunas
Es mejor prevenir una enfermedad que tratarla.
Para nadie es un secreto que las vacunas son la forma más segura y eficaz para protegerse contra enfermedades prevenibles.
No obstante, hay personas que le temen o no confían en la efectividad de estas, hay muchas creencias sobre ellas que hacen que algunos duden de la fiabilidad de las mismas.
Sin las vacunas, las epidemias originadas por muchas de las enfermedades prevenibles podrían reaparecer y llevar a un aumento en el número de casos, discapacidad y muertes, recuerda los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Por esta razón, especialistas de Pfizer le traen una pequeña lista de los mitos sobre las vacunas.
- Es falso que las vacunas no son seguras. Las Autoridades internacionales como la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos supervisan las rigurosas pruebas en laboratorios y hacen una evaluación exhaustiva para garantizar que las vacunas sean seguras y eficaces.
- Es falso que darle a un niño más de una vacuna a la vez podría aumentar el riesgo de efectos secundarios y sobrecargar su sistema inmunológico. Los niños deben recibir sus vacunas, lo más rápido posible, para protegerlos durante los primeros meses de sus vidas.
- Es falso que los niños vacunados experimentan más alergia, autoinmunidad y enfermedades respiratorias en comparación con los no vacunados.
- Es falso que las vacunas causen autismo. Desde hace más de 15 años, se sabe que no existe relación entre recibir vacunas y desarrollar autismo.
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- Es falso que al vacunarse los niños pueden contraer la enfermedad contra la cual es vacunado. Ellas hacen que el sistema inmunitario del cuerpo responda de manera similar a lo que sucede cuando una persona tiene una infección natural, pero sin causar la enfermedad o sus complicaciones.
- Es falso que es mejor contraer la enfermedad que vacunarse. Según los CDC, siempre es mejor prevenir una dolencia que tratarla. Cuando un niño se vacuna, puede desarrollar inmunidad a una enfermedad sin tener que padecerla.