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Tics y manías ¿tienes alguno?
Yessika Valdés - Publicado:
CUANDO se iba a casar, María Eugenia admitió que comerse las uñas no era bueno, pero nunca superó esa manía.Tuvo que ponerse uñas postizas para que en la foto no se vieran feas cuando Saúl le colocaba el anillo.Se las comía cuando se ponía nerviosa.Velkys está hablando con su amiga y se acerca el muchacho que le quita el sueño.Se alisa una y otra vez el cabello.Pablo está siendo regañado por su madre.Reprobó el año.Mira para el techo y tamborilea con los dedos.¡Adiós vacaciones!Puede ser que los tenga y no lo sepa.O que lo sepa y no los acepte.El segundo es el caso, si mientras conversa conmigo le sucede como a una colega que decía no tener ningún tic, pero frunció el ceño, mordisqueó sus espejuelos, se quitó de la frente un cabello invisible y se rascó una y otra vez la sien como para ver si arañaba el recuerdo y le venía uno a la memoria.La psicóloga Xoxhitl Mckay, presidenta de la Asociación Panameña de Psicólogos, nos dice que los tics y manías se pueden explicar desde varias perspectivas: el enfoque basado en el aprendizaje, la perspectiva médica y la psicoanalítica.Detalla ampliamente unos y otros.Desde el enfoque basado en el aprendizaje, somos lo que aprendemos.El famoso teórico y pionero de la teoría del condicionamiento operante, B.F.Skinner, sostiene que la personalidad es un conjunto de patrones de comportamientos aprendidos.Esta perspectiva considera la acción como problema del comportamiento anormal.Las respuestas a situaciones son producto de patrones de reforzamiento similares que se recibieron en esas situaciones en el pasado.Por lo tanto, la conducta que realizamos, la hemos aprendido en nuestras casas (con el padre o la madre), en las escuelas, de la comunidad, como respuestas a diversos estímulos positivos o negativos.Ejemplo, "Hace la misma mueca que su madre".Por otra parte, la perspectiva médica, propone que cuando un individuo manifiesta síntomas de comportamiento anormal, la causa fundamental se hallarà en un examen físico, el cual puede revelar un desequilibrio hormonal, una deficiencia química o una lesión cerebral.Esta perspectiva, dice, clasifica a los tics en: vocales, motores, transitorios y trastorno de la Tourette.1.-Tics vocales: se presentan rápidamente y de forma repetida.Pueden variar desde soplidos, carraspear, tos, sonidos extraños y chasquidos con la lengua.Se puede variar el tono y volumen de voz y se caracteriza más en hombres.2.-Tics motores: son repetitivos y van desde hacer muecas con la cara, mover las cejas, las piernas, levantar los hombros, tamborilear con el dedo, y todo tipo de manipulaciones con el cabello (alisarlo, jugar, meterlo en la boca, etc.) 3.-Tics transitorios: tics o movimientos que han aparecido recientemente y no se mantienen más de un año.Agrega que el origen de los tres anteriores puede ser de tipo ansioso o estresante, según la perspectiva médica y varían en duración, hasta 12 meses si son transitorios, y más de un año si son crónicos.4.-Trastorno de la Tourette: se le considera el más grave o llamativo.Se combinan los tics motores y vocales.Los motores afectan cualquiera parte del cuerpo y van desde doblar las rodillas, caminar en círculo, combinados con los vocales como bufido y olfateo.Finalmente, Xochitl Mckay explica que "la perspectiva médica recomienda tratar los tics o manías con tratamiento farmacológico que suele funcionar a corto plazo, disminuyendo la cuantía y la gravedad de los tics; con el tratamiento psicológico, utilizando técnicas tales como la de la práctica masiva y la inversión del hábito."En la primera se le pide al paciente que repita en forma voluntaria y bruscamente su tic durante docenas de veces con el propósito de buscar la saturación del mismo y la persona lo deje.En la segunda se pretende que el paciente, reconozca qué sensaciones percibe antes que aparezca el tic para así intentar controlarlo".Recalca la psicóloga que el tratamiento y atención que se le dé a los mismos debe ser prioridad para quien los padezca.De lo contrario las consecuencias psicológicas podrían ser devastadoras.Así que, haga memoria y descubra si usted tiene algún tic o manía y no se ha dado cuenta o se niega a aceptarlos.Quizás alguna vez alguien le ha preguntado por qué cuando habla por teléfono garabatea en un papel, hace dibujitos, estrellitas, círculos, asteriscos..Ahora ya tiene una pista.Treinta personas encuestadas admitieron tener alguna manía, sólo siete aceptaron que tenían tics.Dos tercios no sabía la diferencia entre manías y tics.Garabatear en un papel, rascarse la cara, jugar con el cabello, morderse los labios y fruncir el seño, son actos que la gente realiza de manera inconsciente.Las manías incluyen: comerse las uñas, llegar tarde, asegurarse de que puertas y ventanas están cerradas y luces apagadas; mirarse en espejos y vidrios, limpiarse una y otra vez el calzado y querer quitarle bruscas a la gente y objetos, andarse hurgando la nariz y orejas, masticar ligas, goma de mascar o pedacitos de papel..Quienes se preguntan si la persona se percata de que tiene el tic o la manía, sepan que unas veces sí y otras los realiza inconscientemente.Asimismo, puede que sean por poco o mucho tiempo.Según explica McKay el factor clave en la curación es el deseo de la persona en aceptar y reconocer que tiene un tic o manía.Ahora bien, "si la persona se niega a reconocer el mismo, (que es una reacción de defensa muy común) el siguiente paso sería ayudarle a que acepte el impacto de esa conducta involuntaria para su socialización.Estos tics o manías pueden motivar burlas, apodos, y comentarios crueles hacia la persona, lo que provocará en el sujeto desde una baja autoestima, hasta la aparición de trastornos de ansiedad o depresiones.La psicóloga Xochitl Mckay informa que la perspectiva psicoanalítica considera estos comportamientos como anormales y producto de conflictos ocurridos en la niñez por deseos contradictorios relacionados con la sexualidad y la agresividad.Explica que "Freud agrupó los actos sintomáticos como jugar con el bastón, garabatear con el lápiz, hacer sonar las monedas en el bolsillo, fabricar bolitas de papel o de miga de pan, arreglarse los vestidos, como actos que ocultan un sentido ignorado por la persona que los realiza"."Tampoco la persona ve u oye los efectos de sus actos, por ejemplo, el ruido que se hace al golpear la punta de la pluma, o monedas, o el tamborileo de los dedos.Para Freud todo tenía un sentido psíquico completo, no era casual, o sea que tenía una tendencia e intención propia".