Sostenibilidad: prioridad de la actividad minera en Panamá antes de su paralización
La empresa constantemente realiza estudios de trazabilidad para garantizar la salud de los moradores.
Mina de cobre ubicada en Donoso, provincia de Coclé. Foto: EFE
El desconocimiento de algunos en torno a la actividad minera en Panamá ha provocado que el debate sobre su futuro se concentre en su implicación ambiental y falta de sostenibilidad, una postura que, según la ingeniera Milis Sánchez, está completamente alejada de la realidad porque desde que la empresa Cobre Panamá inició operaciones en el país ha optado por el desarrollo de minería sostenible para impactar lo menos posible al entorno.
Sánchez reconoció que esta industria tiene injerencia sobre el ambiente, pero aclaró que esto no es sinónimo de contaminación porque la empresa cuenta con la tecnología e innovación suficiente para mitigar y compensar el efecto causado.
“Sí existe un impacto, pero no es igual al de la contaminación. Todos generamos un impacto al vivir, pero ¿qué haces tú para mitigar ese impacto?. Eso es lo que estamos haciendo en Cobre Panamá, respetando al medio ambiente”, dijo en exclusiva a Panamá América.
La ingeniera detalló que la empresa se toma muy en serio su responsabilidad ambiental, por ello, se realizan monitoreos constantes a las operaciones a través de aparatos tecnológicos interconectados a los teléfonos de los trabajadores para que la información llegue al instante.
Además, cuentan con laboratorios internos para realizar estudios de trazabilidad, garantizando la salud de las comunidades aledañas a la mina.
Sánchez mencionó que la actividad minera ha evolucionado, por lo tanto, hacerse conjeturas sobre procesos antiguos no es justo porque en la actualidad las formas de operar son completamente diferentes inclusive entre países, razón por la cual los panameños no pueden inferir que los daños causados en otras naciones se repetirán en Panamá.
“Yo siempre la comparo con un carro (la minería); sí tú ves un carro de madera versus un carro eléctrico, son dos cosas completamente diferentes, ambos son carros, pero lo que aquel (madera) contaminaba o consumía, el otro (eléctrico) con la tecnología lo hace completamente diferente, cuida el ambiente, entre muchas otras cosas”, aseveró.
Reiteró que la minería sostenible en el país es posible, y no ahora, siempre lo fue y estuvo en marcha solo que no supieron comunicarlo correctamente, sin embargo, su compromiso se ha mantenido incluso después de su suspensión, ya que, solo en mantenimiento la empresa destina cerca de 20 millones de dólares por mes para garantizar la estabilidad física y química de todas las áreas de trabajo.
La mina, en estos 20 meses de paralización, ha invertido alrededor de 400 millones de dólares en la preservación de sus equipos; a ello se suma el salario de quienes realizan estas operaciones sin que generen algún tipo de rédito para la empresa y el país.
Los trabajadores esperan que la sociedad pronto esté dispuesta a escuchar su versión, a conocer la mina de la mano de quienes prácticamente han vivido allí y cuentan con el conocimiento suficiente para aclarar sus dudas.
“Queremos informar y dejar claro a las personas que siempre lo hicimos bien, que queremos hacerlo mucho mejor (…) esto es de Panamá, si las condiciones no se dan, perdemos todos, pero si lo hacemos bien, ganamos”, afirmó.