Sobre el Puente de las Américas
Todo barco que lo pasa por debajo, nos debe recordar que ellos hicieron el Canal, pero que generaciones nuestras obligaron a reconocernos finalmente una pequeña ruta, un paso que estrechara nuevamente lazos nacionales que habían sido cercenados hasta entonces.
El Puente de las Américas unió una tierra que había sido herida y cercenada por la mano extraña; fue tributo de la persistencia del nacionalismo y fruto del esfuerzo y exigencias de los hombres que nos precedieron. Foto: Archivo.
A veces pienso que el Puente de las Américas debió bautizarse como el Arco de las Américas; porque eso me parece, cuando se admira la estructura en ese arco de metal que se eleva y engalana el firmamento, y lanza enormes buques, como flechas, a la inmensidad del mar azul.
El puente fue ya grande en su conquista significativa para el pueblo panameño; con un lazo de metal indisoluble unió una tierra que había sido herida y cercenada por la mano extraña; fue tributo de la persistencia del nacionalismo y fruto del esfuerzo y exigencias de los hombres que nos precedieron.
Todo barco que lo pasa por debajo, así lanzado hacia el Pacífico, y que parece hacerlo al ritmo de una cuerda tensa que lo impulsa bajo un enorme arco de metal, nos debe recordar que ellos hicieron el Canal, pero que generaciones nuestras obligaron a reconocernos finalmente una pequeña ruta, un paso que estrechara nuevamente lazos nacionales que habían sido cercenados hasta entonces.
Sin el puente, seríamos todavía un pueblo materialmente conquistado por ese ignominioso Ferry del Canal, que obligaba al panameño al abordaje de una embarcación foránea para hacerse tránsito en su propio suelo.
El Puente de las Américas, culminado finalmente en 1962, como parte de los puntos reivindicativos exigidos a los norteamericanos, parece decirle al mundo, y al orgullo nacional, “ustedes lo construyeron, por allí transitan, pero (simbólicamente) nosotros los lanzamos libres hacia el mar, como flechas hacia el mundo, bajo un arco que refleja nuestras propias reivindicaciones nacionales”.
La próxima vez que crucemos ese puente, recordemos a los nuestros, y a nosotros mismos, lo que significa.
Abogado.