La amenazante inflación
El coeficiente de importaciones en nuestro país es de 42.0% del PIB, el cual refleja, entre otras cosas, una elevada dependencia del exterior para el abastecimiento de alimentos. La importación de este tipo de bienes alcanza alrededor de B/. 1,576.6 millones anuales.
La amenazante inflación
Una característica básica de la economía panameña es su elevada apertura al exterior, a lo que se debe agregar que su forma de participar en el comercio internacional se da por la vía de una especialización en las exportaciones de servicios, así como de una significativa propensión a la importación de bienes.
El coeficiente de importaciones en nuestro país es de 42.0% del PIB, el cual refleja, entre otras cosas, una elevada dependencia del exterior para el abastecimiento de alimentos. La importación de este tipo de bienes alcanza alrededor de B/. 1,576.6 millones anuales.
Teniendo todo lo anterior en cuenta, se hace evidente el peligro que para nuestro país significan las tendencias inflacionarias observadas a nivel internacional. No solo se trata de que la tasa anual de crecimiento de los precios en las economías más avanzadas es de 5.7% anual, el más alto de los últimos 38 años, a la vez que la de las economías emergentes y en desarrollo se coloca en 8.7%. Se trata también de la perspectiva poco halagüeña para el conjunto del presente año.
Para tener una idea de cómo las tendencias inflacionarias globales pueden penetrar nuestra economía se puede partir señalando que, de acuerdo a la publicación del Banco Mundial que lleva el título de Commodity Markets Outlook de abril de 2022, el precio de los combustibles se elevará en más de 50.0% durante este año. Así mismo, de acuerdo a esta publicación, el precio de los alimentos se eleva en cerca de 22.9% en el año actual.
Dada la importancia de los alimentos para el bienestar de la población es adicionalmente útil llamar la atención sobre dos elementos. El primero de estos se refiere al hecho de que, de acuerdo a la FAO, el índice de precio internacional de los bienes alimenticios se elevó en 12.6% solo en el mes de marzo. En segundo lugar, focalizando la atención sobre las posibilidades de producción de alimentos, también se debe tener en cuenta que se espera que el precio de la urea se eleve a una tasa anual de 75.9%.
No pocos economistas, como es el caso de Nouriel Roubini, han llamado la atención sobre la importancia de los factores de oferta en la generación de las actuales tendencias inflacionarias. También es cierto que otros, entre los que se encuentra Robert Reich David Ruccio, han señalado la relación entre la actual inflación y las estructuras oligopólicas que dominan la economía. Sin embargo, éstas no son las narrativas dominantes en el caso de la corriente principal del pensamiento económico.
Para la corriente principal el actual proceso inflacionario proviene de un exceso de demanda en relación al potencial de la economía. En esta visión, que incluso Paul Krugman, según sus propias palabras, ha reconocido a regañadientes, propone una reducción de la demanda efectiva para equipararla con la oferta potencial de la economía. Esto se lograría elevando la tasa de interés a fin de lograr lo que se conoce como un aterrizaje suave.
La experiencia muestra que se trata de una operación ya iniciada por la Reserva Federal, la que podría desembocar en una recesión. Esto nos llevaría a una situación de estanflación, en el que la actividad económica decrece, mientras que el alza del petróleo y los alimentos impulsan la inflación.
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La elevada apertura comercial y financiera de Panamá indican que en el futuro inmediato nuestra economía se verá afectada por el alza de los intereses, que afectan negativamente los niveles de inversión y consumo, así como por los impactos del alza de precio de los combustibles y los alimentos.
Llama la atención la incapacidad del actual gobierno de mostrar una respuesta de política económica frente a esta situación.