Mundo de Negocios
Se ensancha la brecha entre los ricos y los pobres del sector tecnológico
Con cada trimestre que pasa, las empresas más ricas del sector tecnológico aumentan su poder, y dificultan más la competencia para las firmas de menor tamaño y la posibilidad de que los emprendedores creen la próxima Google o Facebook.
- Daisuke Wakabayashi y Matt Phillips
- - Actualizado: 18/2/2020 - 10:12 am
SAN FRANCISCO — El 3 de febrero la empresa matriz de Google, Alphabet, anunció que el año pasado los ingresos de la empresa se dispararon a más de 161.000 millones de dólares, lo cual es un recordatorio contundente del ensanchamiento de la brecha entre las firmas más ricas del sector tecnológico y el resto de la industria.
Además, no hay muchas razones para creer que esta situación vaya a cambiar.
En las últimas dos semanas, Microsoft, Apple y Amazon —que como Alphabet, todas se acercan a un valor accionario de un billón de dólares en Wall Street— publicaron ganancias históricas. El último miembro de las Cinco Grandes, Facebook, empresa que tiene una valuación apenas superior al medio billón de dólares, también reportó ganancias sólidas.
Con cada trimestre que pasa, las empresas más ricas del sector tecnológico aumentan su poder, y dificultan más la competencia para las firmas de menor tamaño y la posibilidad de que los emprendedores creen la próxima Google o Facebook.
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Amazon y Microsoft están obteniendo ganancias gracias al giro hacia la computación en la nube. Apple sigue siendo dueña del mercado preferente de las aplicaciones, los teléfonos inteligentes y los dispositivos ponibles, mientras que Google y Facebook mantienen el control sobre la publicidad digital.
Esta fuerza gravitatoria hacia un puñado de empresas podría tener consecuencias trascendentales para la economía mundial. Pocas firmas tecnológicas pueden permitirse las inversiones necesarias para mantener el ritmo de los gigantes. ¿El resto? A menudo debe pagar para tener acceso a la inmensa cantidad de clientes y tecnología de los gigantes.
“Los fuertes se están haciendo más fuertes y los débiles, más débiles. Es un mercado de ricos y pobres”, comentó Daniel Ives, director general de investigación de patrimonios en Wedbush Securities. “En veinte años que llevo cubriendo el sector tecnológico, nunca había visto algo parecido”.
A pesar de los tambores de guerra en Washington y en otras partes del mundo, es evidente que hasta el momento el escrutinio legal y regulatorio sobre las empresas mejor valuadas de la industria tecnológica ha perjudicado poco su balance. Los resultados financieros de 2019 podrían dar crédito a los argumentos que acusan a un puñado de empresas, con participaciones dominantes de mercado y rivales impotentes, de estar aprovechando su control de manera injusta.
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Amazon, Apple, Alphabet, Microsoft y Facebook generaron una utilidad neta combinada de 55.200 millones de dólares en el trimestre más reciente. Las cinco empresas tecnológicas mejor valuadas que les siguen ganaron casi 45.500 millones de dólares en los últimos cuatro trimestres. Aunque Facebook está detrás del resto de las Cinco Grandes, sigue valiendo el doble que Intel, la siguiente empresa más valiosa.
El panorama se vuelve más oscuro conforme observamos niveles más bajos de la cadena alimenticia del sector. Una cantidad creciente de empresas emergentes está recortando personal para controlar sus gastos. Y las empresas tecnológicas más antiguas —rentables, pero cada vez con menos influencia— están luchando para adaptarse a un paisaje cambiante.
Aunque los ricos se vuelven más ricos, también se están diversificando. Hacen a un lado a sus rivales por la fuerza o los compran. Además, están monopolizando a los mejores ingenieros de la industria con salarios que nunca podrán igualar las empresas más pequeñas.
La semana pasada, Amazon mencionó que había invertido en la infraestructura necesaria para acelerar los tiempos de entrega a sus miembros Prime de dos días a uno, con lo cual elevó la barra todavía más alto para la competencia minorista. Sin embargo, las operaciones del lunes en Wall Street demostraron cuán difícil es permanecer en el club del billón de dólares. A pesar de su dominio en el comercio electrónico y la computación en la nube, el valor de Amazon cayó ligeramente por debajo del billón de dólares.
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Hace poco, para desafiar a Netflix, Apple destinó miles de millones de dólares a la creación de programas y películas para su servicio de video por suscripción, mientras que, en noviembre, Alphabet accedió a comprar el rastreador de actividad Fitbit por 2100 millones de dólares y, en junio, la empresa de software de análisis de datos Looker por 2600 millones de dólares.
“Las empresas dominantes de la actualidad tienen mucho poder en una gama muy amplia de mercados y siguen ejerciendo ese poder para expandirse hacia nuevos mercados”, comentó el mes pasado Patrick Spence, director ejecutivo del fabricante de altavoces Sonos, en una audiencia antimonopolios del Congreso celebrada en Boulder, Colorado.
Sonos ha demandado a Google por infringir cinco de sus patentes, entre ellas una de tecnología que permite la conectividad y sincronización entre altavoces inalámbricos.
Las empresas más ricas del sector tecnológico parecen estar desafiando la premisa de Wall Street: a medida que una empresa se hace más grande, se vuelve más difícil encontrar nuevos mecanismos para hacer dinero y mantener un rápido crecimiento. Alphabet señaló que las ganancias en el último trimestre de 2019 fueron un diecinueve por ciento superiores a las del año anterior. El ingreso aumentó un diecisiete por ciento a 46.100 millones de dólares, una cifra un poco inferior a las expectativas de Wall Street. Las acciones de la empresa cayeron un cuatro por ciento en las operaciones posteriores al cierre.
Para mitigar algunas inquietudes sobre la lentitud en su principal negocio de anuncios en motores de búsqueda, por primera vez Alphabet divulgó cifras detalladas de sus divisiones de computación en la nube y YouTube, las cuales están creciendo más rápido que el resto de la empresa. En 2019, YouTube vendió 15.100 millones de dólares en anuncios, un aumento del 36 por ciento, mientras que su división de computación en la nube creció más de un 50 por ciento a 8900 millones de dólares. Las ganancias de los anuncios en motores de búsqueda se incrementaron un quince por ciento a 98.100 millones de dólares.
Gene Munster, un socio gerente de Loup Ventures, una firma de capital de riesgo con sede en Minneapolis, señaló que el panorama nunca había sido más difícil para los nuevos contendientes porque los mandones de turno eran muy eficaces para la “evolución gradual”, como las crecientes ofertas de suscripciones de Apple que van de la mano con su hardware o la diversificación de Google hacia la computación en la nube. Las grandes empresas tecnológicas han tenido la destreza de desplazarse a nuevos mercados con precios más bajos y más dinero para la mercadotecnia que su nueva competencia. Con el tiempo, se quedan en una posición dominante.
La naturaleza desproporcionada de las ganancias de algunas de estas empresas ha motivado una explosión de riquezas en el mercado bursátil.
El valor total de las acciones de Microsoft aumentó casi un 70 por ciento durante el año pasado, al agregar más de medio billón de dólares a la capitalización bursátil de la empresa. Apple sumó más de 550.000 millones de dólares en un aumento del 85 por ciento.
El incremento de más del 30 por ciento para Alphabet ha sumado más de 200.000 millones de dólares a su capitalización bursátil. Amazon, la cual tuvo un brinco del veinte por ciento, ha padecido una especie de rezago, pero de todas maneras sumó casi 200.000 millones de dólares a su capitalización de mercado.
Las grandes firmas tecnológicas que dominan los mercados públicos son el extremo de una tendencia más generalizada de la vida corporativa estadounidense. Durante los últimos 50 años, las empresas más grandes de Estados Unidos han obtenido una tajada mucho mayor de las ganancias a partir de las empresas que cotizan en la bolsa, según una investigación de Kathleen M. Kahle, profesora de finanzas en la Universidad de Arizona, y René M. Stulz, economista de la Universidad Estatal de Ohio.
En 1975, las cien empresas públicas más importantes consiguieron alrededor de un 49 por ciento de las ganancias de todas las empresas públicas. Para 2015, esa porción había aumentado al 84 por ciento, según lo demostró esa investigación. No han actualizado sus números desde entonces pero, en un intercambio de correos electrónicos, Kahle mencionó que dudaba que las cifras hubieran disminuido.
“Hay muchas firmas pequeñas y poco rentables, y un puñado de empresas grandes muy rentables”, escribió Kahle en un correo electrónico.
Ives prevé que en los próximos años las cinco empresas competirán por un gasto de dos billones de dólares en nueva tecnología. Será complicado que el resto de la industria las iguale.
“En los últimos años, ha surgido una bifurcación que lleva por distintos caminos a los ganadores y los perdedores”, comentó.
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