La esperanza de Panamá sigue intacta: ¡Ahora a ganar!
Panamá tiene las herramientas y la jerarquía para soñar con la clasificación directa en el partido ante El Salvador.
La esperanza de Panamá sigue intacta: ¡Ahora a ganar!
Cada vez que la selección nacional de Panamá pisa el campo, no solo juega un partido de fútbol; representa a un país entero cargado de ilusión y pasión. En medio de los retos, la esperanza de ir al Mundial 2026 sigue intacta, un sueño que parece más cercano que nunca y que hoy martes, con un Rommel Fernández abarrotado a su máxima expresión, podría finalmente darle una alegría infinita a su incondicional fanaticada: la ansiada clasificación.
La campaña en estas eliminatorias, especialmente el último juego ante Guatemala, con victoria a domicilio ha dejado la sensación de que el equipo se está consolidando y que finalmente encontró el tan ansiado y necesario camino al gol, que tanta falta le hizo en los primeros 4 partidos y que, en el último juego ante los chapines, logró anotar tres veces en 90 minutos, señal que sus delanteros ajustaron la mira y afinaron la puntería.
El onceno panameño es un proyecto bien trabajado en un ciclo de más de 5 años, que combina juventud y experiencia, sumado a la garra panameña, junto con un estilo estratégico y disciplinado, que ha logrado resultados que mantienen viva la oportunidad de la clasificación directa.
Si bien los últimos 90 minutos de este cuadrangular final serán exigentes, cargados de ansiedad y dramatismo, Panamá tiene las herramientas y la jerarquía para soñar con la clasificación directa en el partido ante El Salvador, pero a la vez será una prueba de eficacia y concentración.
El historial y las estadísticas recientes favorecen al onceno nacional, pero la exigencia del resultado y la necesidad de anotar determinada cantidad de goles para no depender de lo que pase en el otro partido simultáneo (Guatemala vs Surinam), pondrán a prueba, la madurez individual de cada jugador nacional, así como la respuesta colectiva del equipo.
Primero hay que pensar en ganar y sumar los tres puntos, que si bien es cierto no otorgan la clasificación automática, por lo menos garantizan una plaza fija en el repechaje, y con posición ventajosa por el ránking FIFA; para luego, a medida que avanza el juego, ir sumando de ser posible, los goles necesarios, siempre viendo de reojo que ocurre en ciudad de Guatemala.
La esperanza sigue viva, pero la realidad exige un rendimiento sobresaliente, un alto porcentaje de eficacia frente a la portería rival y por qué no, una dosis de fortuna en el resultado del otro partido.
Panamá y Surinam comparten la cima del grupo con 9 puntos, pero el equipo surinamés lidera por diferencia de goles (+5 frente a +2). Para clasificar directamente, Panamá necesita vencer a El Salvador por cuatro o más goles, asumiendo que Surinam derrote a Guatemala por la mínima diferencia. La otra opción es esperar que Surinam no gane contra Guatemala (empate o pierda) y así superarlos por puntos directamente.
Más allá del marcador final, este proceso ha sido una lección de unión y perseverancia para el fútbol panameño. La afición, fiel y entusiasta, ha sido un pilar fundamental que impulsa a los jugadores en cada jugada. La clasificación no es solo un objetivo deportivo, sino un símbolo de identidad y orgullo nacional.
Por ello, es importante creer y apoyar a la selección, conscientes de que el talento y la entrega estarán en el terreno de juego. Panamá tiene la capacidad y la fe para lograr ese pasaporte al Mundial, demostrando que, con trabajo y compromiso, los sueños se transforman en realidad.
Este momento es para mantener viva la esperanza y valorar el esfuerzo colectivo, porque el fútbol panameño está escribiendo una historia que merece ser contada en el mayor escenario del balompié mundial. La clasificación es posible y la esperanza, está intacta, por eso ¡Elijo Creer!.