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El uso de los prefijos
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En el español, el uso frecuente de los prefijos es más limitado que el del sufijo, ya que se usan en la derivación y nunca en la flexión.Los prefijos no llevan tilde ni siquiera cuando se escriben separados.Excepcionalmente, se admite el empleo del guión intermedio para marcar, en la frontera, entre el prefijo y su base cuando ello sea preciso para la correcta comprensión del derivado.Con este recurso se pretende poner de manifiesto que un término debe interpretarse no en su sentido habitual y asentado, sino de modo literal, como resultado de aplicar a las bases léxicas, el modo del prefijo en su actual valor productivo.Hay situaciones en que estos usos deben escribirse, necesariamente, unidos a la base de un guión: anti-Alca, anti-Musolini.Cuando este inicia con mayúscula, siempre y cuando se antepone a una sigla o un nombre propio.En muchas ocasiones, también podemos utilizar el prefijo que se escriben unidos: prevaricar, antidroga, desmontar.Los prefijos son “afijos” provenientes del latín y del griego que siempre han sido una base para la composición de una palabra o frase.En la actualidad,son tantas las incógnitas en aquellas personas que se preguntan por las formas gramaticales en que, realmente, se deben utilizar los prefijos .Algunas tienen confusiones al momento, de emplear estos recursos correctamente; ya que sus funciones han variado.Hay algunos como ”ex”, “anti” o “pro” que son especialmente proclives por su significado al unirse a bases de este tipo, ya sea de locuciones o de determinados grupos sintácticos, características por las que la gramática ha acuñado para ellos como prefijo inseparable.Ejemplos: “ex alto cargo”, “anti pena de muerte”, “pro derechos humanos”.Esto mismo, puede suceder con otros prefijos como el caso de “Segunda Guerra Mundial”,” super en forma” y “vice primer ministro”.El recurrir a las prácticas de colocar bien los prefijos, es enriquecedor para nuestro léxico.Clara H.de RamosLicenciada en Español.opinion@epasa.com