La crisis alimentaria que nos amenaza
El impacto de la guerra en Ucrania sobre los precios de los alimentos no se agota en sus efectos sobre la producción y exportación de estos bienes producidos en Rusia y Ucrania.
La crisis alimentaria que nos amenaza
Previo al estallido de los acontecimientos bélicos en Ucrania ya estaba en marcha un proceso de elevación global de los precios de los alimentos. Esto se evidencia en el hecho de que entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021 el índice de precios de la FAO se elevó en 23.1%. Este proceso fue especialmente intenso para el azúcar (33.6%), los cereales (36.6%) y los aceites (33.1%).
La guerra en Ucrania ha venido a profundizar este problema, dada la importancia que tienen tanto Rusia y Ucrania como proveedores de bienes alimenticios. Según datos de la FAO estos países en su conjunto son el origen del 19.0% de la cebada, el 14.0% del trigo y el 4,0% del maíz que se produce a nivel mundial. Desde el punto de vista del comercio internacional los mismos representan una tercera parte de las exportaciones de granos, así como el 52.0% de las de aceite de girasol.
El impacto de la guerra en Ucrania sobre los precios de los alimentos no se agota en sus efectos sobre la producción y exportación de estos bienes producidos en Rusia y Ucrania.
Esto queda claro si se tiene en cuenta que Rusia, que sufre el impacto de las sanciones de occidente, es el sexto exportador mundial de fertilizantes, suministrando el 20.0% de la oferta global.
Dada la importancia de los hidrocarburos en la producción agropecuaria, se debe recordar que Rusia es productor del 11.0 % del total de las exportaciones globales de petróleo. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía el mercado internacional de petróleo podría perder 3 millones de barriles diarios a partir de abril, debido a las sanciones aplicadas a Rusia. En condiciones que resulta extremadamente difícil compensarlos con otras fuentes de oferta. Esto explica que el 4 de marzo el precio del petróleo (WTI), mostrara un incremento de precios de 12.0% en comparación con el 17 de febrero , pese a la decisión de EE. UU. de utilizar más intensamente sus reservas petroleras.
A lo anterior se deben agregar otros efectos adversos. Es conocido el hecho de que el alza de precios de los hidrocarburos genera una elevación de los precios de los llamados biocombustibles, que toman la forma de bienes sustitutos. Esto significaría que, como ha ocurrido en otras ocasiones, una parte creciente de la oferta de productos alimenticios se desvía hacia la producción de biocombustibles, profundizando la crisis alimentaria.
Para dar un ejemplo de lo anterior se puede utilizar una reciente publicación de Transport; Environment. De acuerdo a ésta la Unión Europea, solo para remplazar cerca del 6.5% de sus importaciones de petróleo y gasolina de Rusia con biocombustibles, tendría que duplicar la cantidad de hectáreas productoras de trigo que actualmente se dedican a ese fin.
Un factor adicional a tomar en cuenta lo ha señalado Jayiti Ghosh, el cual ha llamado la atención sobre los posibles impactos de la especulación sobre el alza de los precios de losalimentos. Este autor destaca el hecho que la desregulación financiera ha llevado a la participación de empresas financieras en los mercados de los commodities, lo que en el2008 llevó a alzas de los precios de los alimentos a causa de la especulación financiera.
Panamá no escapa a la posible crisis alimentaria que amenaza al mundo. Por el lado de la oferta de alimentos recordemos que nuestro país es altamente dependiente de lasimportaciones de agroalimentarias (cerca de B/ 1,576.6 millones anuales). Por el lado de la producción está el encarecimiento de los insumos y los efectos del tratado de librecomercio con EE. UU. La inacción del gobierno nacional frente a estos problemas es deplorable.