Pan de Azúcar, una de las vistas más famosas de Río
Este monolito de granito y cuarzo de 396 metros domina la bahía de Río de Janeiro y llama la atención por su presencia. Es un complejo turístico de la ciudad con variadas atracciones, siendo la principal de ellas un paseo en teleférico entre montañas.
Pan de Azúcar, una de las vistas más famosas de Río
Cualquiera que diga que la primera imagen que le viene a la mente al escuchar el nombre Río de Janeiro no incluye sus hermosas montañas al borde del mar, creo que está haciendo trampa. Sí, Río es fútbol, playas, samba, el Cristo Redentor y demás, pero la postal típica de la Ciudad Maravillosa incluye siempre alguna de sus montañas, sobre todo el célebre Pan de Azúcar.
Este cerro domina el horizonte carioca, con sus 396 metros de altura sobresaliendo en la línea de playa entre Botafogo y Copacabana, haciendo casi imposible no percibirlo desde gran parte de la ciudad.
El panorama de Río no sería tan emocionante si no fuera por el contraste que genera el Pan de Azúcar con la tranquilidad del mar.
Las estilizadas curvas de este cerro han sido la inspiración para una gran cantidad de artistas, incluidos los que han diseñado una suma considerable de logos que se encuentran por toda la ciudad.
En mi visita durante la reciente Copa Mundial de la Fifa, supe que tenía como obligación subir al Pan de Azúcar, ya que es uno de los imperdibles de Río de Janeiro.
Existe un teleférico que une el barrio de Urca con la cima del Pan de Azúcar, el cual es una de las atracciones con mayor tráfico en Río. Me habían advertido que con la cantidad de turistas que había por el Mundial, la mejor opción era comprar las entradas por internet, ya que se limitan las visitas por día, y esto es algo que recomiendo a cualquiera que vaya a visitar Río en temporada alta, ya que las filas para comprar las entradas sin reserva son enormes.
Una vez subimos al teleférico, empezamos a ver como Praia Vermelha y Urca se hacían pequeños a nuestros pies y las playas de Copacabana, Botafogo y Flamengo asomaban en el horizonte, junto con el Corcovado y el Cristo Redentor.
Poco a poco nos acercamos a la primera parada, el Morro da Urca, un pequeño cerro adyacente al Pan de Azúcar. Tuvimos que caminar al otro lado del Morro para tomar el siguiente teleférico, pero es un paseo agradable, ya que se pueden contemplar estupendas vistas de la ciudad, la bahía de Guanabara y el Pan de Azúcar, así como algún animal salvaje.
En el siguiente recorrido, la vista de la ciudad se fue ampliando cada vez más, hasta que finalmente llegamos al majestuoso Pan de Azúcar.
Desde sus múltiples miradores, es fácil comprender por qué para muchos Río es la ciudad más hermosa del mundo. Pocas metrópolis ofrecen esa mezcla de mar, playas y montañas cubiertas de bosques esparcidas alrededor de la costa con la estructura de una ciudad de varios millones de habitantes.
Hacía un día precioso para acompañar a tan bellas vistas y no pude evitar hacer cientos de fotos desde distintos ángulos: una vista general de Río, ahora centrándome en Copacabana y el Fifa Fan Fest que allí se encontraba, luego en la playa de Botafogo con el Morro de Urca en primer plano y el Corcovado en el fondo, después la bahía de Guanabara y la ciudad de Niterói al otro lado de la misma.
El precio del teleférico es un poco elevado (62 BRL, aproximadamente 30 USD), pero es la única manera fácil de subir al Pan de Azúcar, ya que la otra opción es escalarlo, y para esto se requiere un guía entrenado. Aunque si te gusta caminar, es posible ir a pie hasta el Morro de Urca, desde donde las vistas son también impresionantes.
La próxima vez que visite Río, trataré de hacer esta caminata, aunque no dejaré de tomar el teleférico hasta la cima del Pan de Azúcar. A pesar de ya haberlo hecho, para mí es uno de los imperdibles, no de la primera, sino de cada visita a la “Cidade Maravilhosa”.