Debilidad muscular es causa de la mayor cantidad de caídas de adultos mayores

Las principal causa de las caídas que sufren los ancianos son la debilidad muscular y la pérdida de control, más que las bañeras resbalosas o las escaleras empinadas, según un estudio que publicó recientemetne la revista Medical Care.

En las residencias de ancianos y en las casas de familia donde viven personas de edad avanzada se gastan millones de dólares en reformas de estructura, construcción de rampas, instalación de barandillas y otros métodos que buscan una mayor seguridad para los ancianos.

Pero Thomas Gill, profesor de medicina geriátrica de la Universidad Yale, en Connecticut, dijo que en el estudio "sorprendentemente, no se encontró una relación entre los peligros potenciales en la casa y la ocurrencia de tropezones y caídas".

"En general se cree que cosas como las bañeras con pisoresbaloso, las alfombras gruesas o con pliegues, las escaleras empinadas o los muebles que obstruyen el paso son las causas principales de las caídas", agregó.

Los tropezones y caídas son muy comunes entre las personas de edad avanzada y a menudo causan la pérdida de movilidad, una reducción de la independencia y, en algún caso, la muerte.

Entre las personas mayores de 65 años la tasa de caídas que causan lesiones es del 30 por ciento, y esa incidencia llega al 50 por ciento entre las personas de más de 80 años.

Aproximadamente el 10 por ciento de las personas ancianas que sufren una caída tiene lesiones graves, como una fractura de hueso, la dislocación de una articulación o herida mayor en la cabeza.

Las caídas y las lesiones que ellas causan dejan a las personas de edad avanzada con dolores, pérdida de confianza y una disminución de sus funciones, que son, a menudo, las razones por las cuales sus familiares las ingresa en residencias de ancianos.

Jay Magaziner, profesora de epidemiología y directora de la división de gerontología en la Universidad de Maryland, dijo que "las fracturas de cadera son lesiones que debilitan mucho a los ancianos".

"Uno de cada cuatro ancianos que sufre una fractura de cadera y reside en una casa para personas mayores, muere dentro del año, y más de la mitad de los que sobreviven jamás recupera el nivel de funcionamiento que tenía antes de la fractura", agregó.

Pero el doctor Gill, investigador principal del estudio que se publica en Medical Care, concluyó que el dinero que se gasta para hacer que las residencias de ancianos sean más seguras probablemente podría utilizarse mejor de otra forma.

"Nuestro estudio sugiere que si uno tiene un monto determinado de dinero sería mejor gastarlo en lo que ya se sabe que sí es eficaz para prevenir las caídas de los ancianos, como el aumento de la fortaleza muscular, el mejoramiento de la postura y el equilibrio, el uso apropiado de aparatos de ayuda, el calzado correcto y una vigilancia de los medicamentos", señaló.

Gill y sus colaboradores evaluaron a 1.

088 residentes de New Haven, mayores de 72 años, e hicieron las evaluaciones de seguridad de las casas para determinar si había trece peligros potenciales de tropiezo o resbalón.

Luego se pusieron en contacto con los participantes cada mes durante tres años, preguntándoles si habían sufrido caídas y cuáles habían sido las circunstancias.

La mitad de los participantes tuvo por lo menos una caída en el período de tres años que no estuvo relacionada con un obstáculo en su paso o la pérdida de conocimiento.

Dentro de las residencias las caídas ocurrieron más comúnmente en la sala, el dormitorio y la cocina.

Pero no hubo ninguna vinculación coherente entre los trece peligros potenciales de tropiezo o resbalón, o la ocurrencia de caídas por pérdida de conocimiento.

"Estas conclusiones señalan que lo que se cree comúnmente tal vez no sea cierto", dijo Gill.

La profesora Mary Tinetty, coautora del estudio, tras una investigación de seis años elaboró un programa de componentes múltiples para atender la propensión de los ancianos a las caídas.

El programa de Tinetty apunta a la debilidad muscular, el mal equilibrio, la pérdida de visión, el calzado y el control del uso de medicamentos, y ha probado que es eficaz para evitar las caídas de los ancianos.