Se necesita un ministro de Educación (II)
La crisis de la educación se ha profundizado en los últimos 13 años (2004-2017), y se debe, entre otras cosas, a la incapacidad de las máximas autoridades (ministros, ministras y viceministros de Educación). Durante el régimen de Martín Torrijos (2004-2009), desfilaron cuatro ministros de Educación (Juan Bosco Bernal, Miguel Ángel Cañizales, Belgis Castro y Salvador Rodríguez), 2 de los cuales han sido procesados judicialmente.
Se necesita un ministro de Educación (II)
Como dejamos planteado en la primera parte de este escrito, frente a la profunda crisis por la que atraviesa la Educación Nacional desde hace algunos años, se necesita un ministro de Educación con probidad comprobada para liderar el proceso educativo que demanda cambios profundos, en esta nueva etapa a que se aboca la nación panameña. Sin duda, ha de ser un trabajo arduo, paciente y minucioso desde el momento inicial de sus labores. El Sistema Educativo panameño, infortunadamente en decadencia desde hace décadas, se ha agravado cada vez más, en detrimento del progreso nacional.
Casi un siglo la educación pública fue ubicada en tres sectores diversos: la primaria, la secundaria, la profesional. Lo relativo a las universidades, por razón de sus funciones, de la edad de los estudiantes y de los requisitos cumplidos para ingresar a ella, ha quedado fuera del marco general que estamos considerando. Esta separación de los sectores de la educación pública fue beneficiosa, por cuanto permitió una perfección de estas funciones. Hoy representa un régimen caduco.
La crisis de la educación se ha profundizado en los últimos 13 años (2004-2017), y se debe, entre otras cosas, a la incapacidad de las máximas autoridades (ministros, ministras y viceministros de Educación). Durante el régimen de Martín Torrijos (2004-2009), desfilaron cuatro ministros de Educación (Juan Bosco Bernal, Miguel Ángel Cañizales, Belgis Castro y Salvador Rodríguez), 2 de los cuales han sido procesados judicialmente.
En la "era de Martinelli" (2009-2014) solo ejerció como ministra de Educación, Lucy Molinar, periodista polémica, controversial, pero carente de formación pedagógica y docente. Y durante estos últimos tres años del régimen de Juan Carlos Varela (2014-2017), la titular del ramo, Prof. Marcela Paredes de Vásquez, aunque muy cuestionada y mal evaluada por el mediocre desempeño en su gestión administrativa, se ha mantenido como tal en su alto cargo.
¡Se necesita, pues, un ministro de Educación! Es el clamor de los educadores, estudiantes, padres de familia y de la opinión pública. Se necesita un ministro de Educación que entienda la nueva concepción de la educación como creadora de riquezas y las consecuencias del impresionante progreso técnico y científico; un ministro que planee la expansión de la educación en forma armónica y proporcionada, de tal modo que afecte a todos los niveles educativos y tenga en cuenta las exigencias que a este respecto plantea el desarrollo económico y social; la progresiva expansión de la enseñanza media y muy especialmente de sus ramas profesionales, para contar con los técnicos intermedios que requieren en tan gran número los procesos de la tecnología moderna, el considerable aumento del número de estudiantes en los centros de enseñanza superior, como condición necesaria para contar con los dirigentes y profesionales que requieren los cuadros superiores de la industria, del comercio, de la agricultura, la administración pública, la gerencia de empresas y las profesiones liberales.
Conceder primera prioridad a la formación, capacitación, el perfeccionamiento y la carrera del personal de los servicios de la educación. El primer deber de todo sistema escolar es el de formar el personal capaz de asumir las crecientes y complejas responsabilidades que la función educativa exige y evitar, como se evita en otros campos de la actividad humana, que se confíe el ejercicio y la administración de la enseñanza a quienes carezcan de una formación especializada.
*Pedagogo, escritor, diplomático.