Brote de alergias expone fallas en respuesta sanitaria y educativa en escuela de Ponuga
La directora del centro escolar, Olivia De Herrera, dijo que la situación persiste pese a los trabajos de limpieza realizados en coordinación con la comunidad.
El brote de alergias ha dejado en evidencia la falta de una investigación rápida y efectiva por parte de las autoridades competentes. Foto. Melquíades Vásquez
Una crisis de salud golpea al Centro Básico General Isauro J. Carrizo, en el corregimiento de Ponuga, sigue sin una solución efectiva pese a que desde hace más de tres semanas estudiantes, docentes y padres de familia vienen sufriendo alergias y severas picazones en el cuerpo que ya han afectado gravemente a una educadora.
Eliana Mudarra, presidenta de la Asociación de Padres de Familia, confirmó este miércoles que fue necesario convocar una reunión urgente en la escuela con directivos, administrativos, autoridades educativas y personal del Ministerio de Salud.
La medida inmediata acordada fue suspender las clases presenciales por 15 días más y realizar una limpieza profunda en todos los pabellones del plantel, para asegurar que los estudiantes y los maestros no sean afectados.
Sin embargo, la directora del centro escolar, Olivia De Herrera, advirtió que la situación persiste pese a los trabajos de limpieza previos realizados en coordinación con la comunidad.
La directora del centro educativo dejó claro que “tenemos a una docente en estado delicado por las alergias”.
“Esto no es algo menor, llevamos semanas enfrentando el problema y no se ha resuelto”, puesto que se desconoce científicamente que es lo que produce el mal.
El subdirector regional administrativo del Meduca en Veraguas, José Luis Concepción, intentó bajar el tono de la crisis señalando que los estudiantes no han perdido clases gracias al uso de módulos y tecnologías, aunque los padres de familia cuestionan que estas sean medidas paliativas y no una respuesta de fondo al problema de salud pública.
El brote de alergias ha dejado en evidencia la falta de una investigación rápida y efectiva por parte de las autoridades competentes.
Mientras no se identifique la causa real de las reacciones alérgicas, los niños y docentes seguirán expuestos a un riesgo innecesario.
La comunidad educativa exige acciones concretas y no simples limpiezas superficiales que, hasta ahora, han demostrado ser insuficientes.