Dos grandes amigas, un sueño olímpico

Mia Krampl, una escaladora de montaña profesional de Eslovenia, derramó lágrimas cuando subió al podio de tercer lugar en una competencia de calificación a las Olimpiadas, en Toulouse, Francia, en diciembre.

El resultado calificaba a Krampl para las Olimpiadas de Tokio, donde la escalada hará su debut como deporte olímpico el año próximo, en los Juegos de Verano recientemente postergados. Pero no eran lágrimas de felicidad. Estaba acongojada.

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El momento en que Krampl obtuvo su boleto a las Olimpiadas, privó a su mejor amiga del mismo sueño.

Eslovenia, un país de 2 millones de habitantes en la península de los Balcanes, ha producido algunas de las mejores escaladoras del mundo, entre ellas Janja Garnbret, la competidora femenil mejor ranqueada el año pasado en el circuito de la Copa Mundial de este deporte.

Garnbret calificó fácilmente a los Juegos de Tokio. Eso dejó sólo un lugar para el resto de las escaladoras femeniles de Eslovenia, y las siguientes eslovenas con las mejores probabilidades eran Krampl y Lucka Rakovec, su amiga.

En Toulouse, Krampl y Rakovec avanzaron a la ronda final. Durante la mayor parte de la contienda, Rakovec parecía llevar la ventaja. Luego, en el evento final, una competencia para ver quién podía ascender más alto por una pared de escalada antes de caer, Krampl logró hacer un movimiento más que Rakovec para ir a Tokio.

“Estaba llorando porque sabía lo mucho que ella quería ir a las Olimpiadas”, dijo Krampl sobre Rakovec y su propio arrebato emocional cuando finalizó la competencia. “Me abrazaba y felicitaba, y me dijo que debía dejar de llorar porque tenía que subir al podio”.

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Krampl y Rakovec, ambas de 19 años, han sido casi inseparables desde su primera competencia internacional juntas en el 2015. Se volvieron grandes amigas y recias competidoras una para la otra. Independientemente de todo, se echan porras una a la otra.

Krampl y Rakovec dijeron que algunas personas expresaron preocupación de que pudieran perder su amistad en los días anteriores a la competencia calificatoria en Toulouse. Competir entre sí en el circuito de la Copa Mundial era una cosa. Medirse una a la otra por el último boleto al equipo olímpico era un tipo diferente de presión.

Su amistad nunca vaciló. “Sabíamos que sólo una podría ir”, dijo Rakovec.

“Todos lo tomaban muy en serio. Incluso durante las finales, nos estábamos riendo”, narró Krampl.

Aún así, el sueño de Rakovec se esfumó por un margen de un sólo agarre. Fue muy reñido. Pero trató de enfocarse en alegrarse por Krampl.

Tras las pruebas olímpicas, con la ayuda de Rakovec, Krampl intensificó su entrenamiento.

Las dos se reunían cinco días a la semana en el gimnasio de escalada, en Kranj, Eslovenia, la ciudad natal de Krampl, para entrenar juntas. Intercambiaban retroalimentación sobre técnica y se motivaron una a la otra durante las sesiones de ejercicio.

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Krampl y Rakovec tienen estilos de escalada muy diferentes. Krampl es diestra en paredes escarpadas que requieren fuerza y poder extraordinarios para luchar contra la gravedad. Pero Rakovec sobresale en las escaladas de equilibrio, que requieren altos grados de concentración y flexibilidad para dominar agarres resbalosos.

Rakovec dijo que Krampl necesitaría trabajar en mejorar su velocidad para las Olimpiadas. “Estoy segura que estará más que lista” para el 2021, dijo Rakovec.

Aunque no competirá en Tokio, Rakovec tiene grandes planes para las competencias de Copa Mundial cuando reinicien. Quiere estar parada en un podio, cualquier podio internacional, con Krampl.

“La amistad siempre es más importante que las competencias o las medallas”, aseguró Rakovec.