El asesino del siglo XXI
También representa una sobrecarga para algunos órganos, como la retina y los riñones.
Si es causada por otra afección o por un medicamento que esté tomando, se denomina hipertensión secundaria. /Foto: Cortesía
La hipertensión es una enfermedad que se caracteriza por no presentar síntomas que puedan alertar a las personas de que algo no está bien en su cuerpo.
Al elevarse la presión, en algunos suelen darse cefaleas, es decir, dolores de cabeza, pero esta afección no es común.
Cuando se presenta esta condición es porque la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de la arteria está aumentada mientras el corazón bombea sangre al cuerpo, explica el doctor Daniel Pichel, especialista en cardiología del Centro Médico Paitilla.
Al mismo tiempo, también representa una sobrecarga para algunos órganos, particularmente cerebro, retina, corazón y riñones.
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"Esta enfermedad se ha convertido en el asesino del siglo XXI" porque puede de pronto no producir ningún síntoma. En ocasiones, la primera manifestación puede ser la muerte, comenta Pichel.
Contrario a lo que se cree, la hipertensión no es hereditaria, pero tiene mayor incidencia en aquellas personas que tienen familiares hipertensos (padres y hermanos principalmente). Muchas veces se debe al tipo de alimentación y estilo de vida que comparten.
Lamentablemente, como todas las enfermedades crónicas, la hipertensión no tiene cura, pero puede controlarse con el tratamiento adecuado.
Deben comprender que un hipertenso controlado desde que aparece la enfermedad tiene una incidencia de complicaciones casi similar a alguien que no lo es, afirma.
Blancos y másEsta puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, habitualmente, es más propensa que aparezca en personas mayores de 35 años, en pacientes de raza negra (por sus hábitos alimenticios) y en personas con obesidad.
Al respecto, el galeno recomienda a sus pacientes tratamientos para la hipertensión que se dividen en dos partes.
La primera tiene que ver con cambios en el estilo de vida, como bajo consumo de sal, ejercicio regular, no consumir bebidas alcohólicas y evitar la obesidad. La segunda fase del tratamiento se emplea en algunos pacientes que requieran utilizar medicamentos para controlar las cifras de presión arterial.
Lo ideal para prevenir este mal es mantener un estilo de vida saludable y no olvidar las visitas al médico para prevenir cualquier enfermedad.