Famosos ponen en evidencia sus preferencias sexuales

Si hablamos de juegos o fantasías dentro del panorama artístico, no pararíamos nunca.

Parece que cuando alguien alcanza la fama, es necesario mantenerla a base de caprichos y escándalos sexuales.

O, podría ser lo contrario, muchos llegan a ella a base de su vida íntima, si no, pregúntele a Hugh Heffner, el dueño de Playboy, quien vive con sus tres novias y tiene su propio reality.

Pero no estamos aquí para contar historias de conejitas ni nada por el estilo, más bien, conoceremos aquellas revelaciones picantes que personalidades relevantes de final de siglo XX e inicios del XXI, confesaron que los han convertido en inmortales y expertos amantes.

Reinas del porno: Haciendo un repaso de los casos más locos y juegos peligrosos, dentro del universo musical, tenemos historias muy controversiales, entre ellas la de Paris Hilton y Rick Solomon, pareja que grabó un vídeo erótico y que le dio la vuelta al mundo lanzando a la ahora socialité como cantante y actriz.

La niña rica necesitaba más que una serie en donde vistiera de granjera para volverse famosa y decidió grabar en vídeo cómo es que le gusta que la traten a la hora de amar.

Por supuesto que el vídeo fue publicado cuando esta relación ya había llegado a su fin, pero de seguro que con él la bella rubia ganó más admiradores.

Paris no es la única que tiene entre sus "fetiches" ser vista por el mundo entero durante sus encuentros sexuales.

La cantante Noelia, hija de Yolandita Monge, es otra de las artistas que les encanta tener una filmadora en su alcoba.

Hasta la fecha, libra una batalla legal con su padrastro por la publicación de dicho vídeo.

No se ha podido comprobar la culpabilidad del sujeto, y se especula que la película llegó por arte de magia al Internet.

Michelle Vieth, la actriz mexicana de "Soñadoras", y "Pequeña traviesa", fue puesta en evidencia en las mismas condiciones, por su ex esposo Héctor Soberón.

Michelle hasta lloró de la rabia por el incidente, pero durante éste bien que lo disfrutó.

La lista de estrellas pornos, no tiene fin.

A diario los ex de las cantantes y actrices amenazan con sacar al aire sus vídeos pornos para lucrar.

Se dice que Britney también tiene uno junto a Kevin Federline; la hija del abogado de O.

J.

Simpson, Kim Kardashian, también, inclusive ésta se peleó con Paris porque tuvo más aceptación que la Hilton.

Los exhibicionistas: Como si no bastara con una filmación casera, que tarde o temprano saldrá a la luz, hay estrellas que prefieren hacer de sus encuentros sexuales del dominio público.

Una revista española aseguró que Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nájera, "Colate", su actual esposo, fueron fraguados por paparazzi en una playa cuando sólo eran novios, teniendo sexo dentro del agua.

Esta misma práctica la siguió el jugador Ronaldo quien tuvo su vídeo y todo junto a la modelo Daniela Cicarelli, dejando toda la evidencia en las corrientes del Dios Poseidón.

Cameron Diaz y Justin Timberlake era otra de las parejas que adoraba la playa para desbordar su amor, pero nunca dejaron señales contundentes.

De todo un poco.

Ni las altas figuras de gobierno privan sus apetitos sexuales.

Bill Clinton fue el primero en destacar una "relación sexual inapropiada" en la Casa Blanca 97-99.

El escandalazo político y social del máximo jefe de Estado en América fue y seguirá siendo uno de los casos más sonados en la historia.

Este incidente ha hecho que alcaldes, congresistas y diversas personalidades públicas a nivel mundial, se confiesen con su pueblo y comenten con lujo de detalles sus "fetiches" y pecaminosos encuentros con otras mujeres que no precisamente eran sus esposas.

Lo mejor que ha salido de estas confesiones es que dichas mujeres pasen a ser las más buscadas por los cazatalentos y el centro de atención de todo el mundo.

Las locuras y juegos sexuales de los famosos los llevan a ser más reconocidos, aunque no debería ser.

Cristina Aguilera compró su propia maleta de doctor y todos los domingos se va con su esposo Jordan Bratman a la piscina a jugar al doctor.

Los gritos y retozos de la pareja son tan agudos que los vecinos han puesto el grito en el cielo y lo peor es que ésta no será la última vez que suene una historia de este tipo.