Las Cabras de Pesé, un pueblo en zozobra por el bajo precio del etanol
Su población de apenas 2,000 habitantes, está rodeada de cultivos de caña, en su gran mayoría dependen directa o indirectamente de los ingenios y plantas procesadoras de alcohol.
El corregimiento de Las Cabras, en el distrito de Pesé, provincia de Herrera, es un pequeño pueblo agroindustrial, que basa su economía principalmente en el cultivo de caña de azúcar para bebidas alcohólicas y el cultivo de maíz.
Su población de apenas 2,000 habitantes, está rodeada de cultivos de caña, y en su gran mayoría dependen directa o indirectamente de los ingenios y plantas procesadoras de alcohol y etanol que allí operan.
Es un pueblo que históricamente ha sido conocido por su producción cañera, y que enfrenta problemas como deficiencia en la distribución de agua potable, así como déficit habitacional y deficiencias sanitarias.
Hace cuatro meses, la comunidad de Las Cabras de Pesé saltó a la palestra, tras conocerse la contaminación del río La Villa, que literalmente lo divide, con vinaza y atrazina, componentes orgánicos y químicos utilizados en la producción de rubros como la caña y el maíz.
Desde ese momento, la comunidad se ha visto en zozobra al no poder realizar el cultivo de caña en las 400 hectáreas que la empresa ocupa en la zona, así como una caída en el precio base del litro de etanol, que prácticamente ha dejado a la empresa Campos de Pesé fuera del juego.
Para los moradores, esto significa una disminución drástica y repentina de las oportunidades de ingreso, así como un desmejoramiento de su calidad de vida, al haber quedado cesante más del 95% de la población laboral de la empresa, de la cual en su gran mayoría son o residen en el corregimiento de Las Cabras y comunidades aledañas.
Tal es el caso de los Caballero, un total de siete hermanos que dependen directamente de la empresa, y de los cuales cuatro ya han sido cesados debido a la difícil situación que atraviesa la empresa.
La familia emigró desde La Mesa de Macaracas, en la provincia de Los Santos, hace 40 años en busca de trabajo en el ingenio que operaba en Las Cabras. Desde entonces, se erradicaron en el lugar, haciendo familia y modo de vida y basando su economía en trabajar para la empresa, o bien desarrollando pequeños negocios.
Pero todo en Las Cabras gira en torno al ingenio.
Tiendas, venta de madera para las hogueras, trabajos en campo, oficinistas, en fin… un pueblo completo que se ve afectado por la reducción drástica de sus ingresos debido a la crisis que atraviesa la empresa en la actualidad.