La Ciudad del Vino de Marqués de Riscal
Es un complejo en la villa de Elciego con bodega y un hotel diseñado por Frank Gehry.
La Ciudad del Vino de Marqués de Riscal
Luego de mis reseñas anteriores sobre la Rioja Alavesa y la historia de la bodega, en esta ocasión comparto con ustedes mi visita a la Ciudad del Vino y de los vinos de los Herederos de Marqués de Riscal. Hagamos juntos el recorrido, ustedes con la imaginación y yo con el reciente recuerdo de lo vivido.
La Ciudad del Vino es un complejo localizado en la villa de Elciego y que incluye la bodega y el hotel Marqués de Riscal, diseñado por Frank Gehry, afamado arquitecto, quien supo armonizar la tradición con el vanguardismo.
Este conjunto de edificaciones incluye la señorial vivienda de los marqueses de Riscal, la bodega construida en 1858, la moderna bodega y el moderno Hotel Marqués de Riscal, que administra la cadena The Luxury Collection Hotels & Resorts, que incluye el spa Vinothérapie Caudalie, dos exclusivos restaurantes asesorados por el chef riojano Francis Paniego y salones para banquetes y conferencias.
Después de pasar el puente y la garita de control, nos da la bienvenida el obelisco con sus cuatro fuentes y que nos indica la hora con el reloj de sol de cada una de sus caras, monolito situado en la plaza del mismo nombre y que sirve de punto de partida de la gira por las instalaciones.
Iniciamos el recorrido desde la antigua residencia del marqués, que hoy sirve de sala de exposición y ventas y que se engalana con los lienzos de los antepasados de la actual marquesa. De allí fuimos conducidos a la nave de la primitiva bodega, donde se elaboraban los caldos y que ahora solo se utiliza para procesar los vinos de alta gama: Barón de Chirel y el Gran Reserva de los Herederos de Marqués de Riscal.
Continuamos conociendo las actuales y modernas instalaciones, donde se procesan el resto de los caldos de la bodega, desde las tolvas de recepción de los racimos, las máquinas despalilladoras y estrujadoras, las bandas de trasmisión por las que los granos son conducidos a las modernas tinas de fermentación con capacidad de 30,000 litros. Pasamos luego a la sala de barricas y botellas y a la línea de embotellamiento y etiquetado.
Una parte que vale la pena resaltar de este recorrido fue la visita a La Catedral, nombre con el que se designa a la cava subterránea con más de cien años de antigüedad y excavada debajo de la colina donde se asienta la bodega. Estas galerías están reforzadas con arcos de estilo romano y en las que todavía se guardan barricas en las que reposan los caldos más selectos hasta llegar a la botellería, vieja galería protegida por una verja de hierro y donde, a manera de enoteca histórica y cronológica, se guardan botellas de vinos de cada una de las añadas desde que la bodega inició sus actividades en la segunda mitad del siglo XIX. Estas botellas ya no pueden ser descorchadas por el riesgo de que el corcho, ya degradado y frágil por el paso del tiempo, se vaya a desmenuzar dentro de la botella, lo que enturbiaría el vino que se pretende catar. Para evitarlo, se procede a degollar la botella de la misma forma y por el mismo motivo por el que se degüellan las botellas de los vinos oportos .
Completado el recorrido, fuimos conducidos a la sala de cata, donde nos ofrecieron una selección de vinos, de los que les comentaré la próxima semana.